¿Cómo sería mi vida si no la estuviera juzgando?

Esta pregunta ha estado rondando por mi cabeza, se ha instalado en mi mente y como un resorte surge en los momentos en que la necesito.

Me gusta planteármela a modo de meditación, sin buscar una respuesta, deleitándome en la pregunta.

¿Cómo sería mi vida si no la estuviera juzgando?

Siempre la estoy juzgando. Es una vida buena, o mala. Triste o alegre. Satisfactoria, o insatisfactoria. Con sentido o sin propósito. Mejor que la tuya o peor que la tuya. Con más dolor, o con menos dolor.

¿Cómo sería simplemente este instante si no lo estuviera juzgando?

Vivimos nuestra vida a través de nuestras memorias. Son ellas las que colorean nuestro paisaje cotidiano, y por ello parece que vivimos una y otra vez el mismo día. Vemos aquello que deseamos ver.

El Curso nos recuerda en varias ocasiones que nuestra mente no puede captar el presente, que es el único tiempo que existe. Que nuestra mente está absorbida por pensamientos del pasado, es decir que nunca vemos lo que realmente está delante de nosotros sino la idea mental (basada en nuestras experiencias pasadas) de lo que tenemos delante. Y por esa razón, " no vemos nada como es ahora ". (L-9)

Mi mente vuelve una y otra vez a la pregunta: ¿Cómo sería este instante si no lo estuviera juzgando? ¿Cómo sería esta situación si no la estuviera juzgando?

Esta simple pregunta me saca de mis historias y eleva mi mente a un lugar donde se siente más tranquila.

No hay palabras para responderla. Toda palabra no sería más que otro juicio. Una vez más, sólo hay experiencia.

¿Te imaginas como sería sentarte delante de esa persona que crees conocer y plantearte esta pregunta? ¿Cómo sería esta persona si no la estuviera juzgando? ¿Si no la viera a través del prisma de mis recuerdos, de lo que conozco, de lo que espero que sea?

No se tú, pero yo quiero regalarme esta experiencia. :)