Parece ser que la estupidez del pulpo nos va a seguir dando tema para el blog.
El alcalde de Carballiño, Carlos Montes, ha viajado a Alemania para ofrecer al pulpo Paul la declaración de amigo predilecto de la villa. Junto con el nombramiento, el alcalde le regaló al bicho una placa y una figura, que se van a colocar en su habitáculo.
Aunque los pulpos son inteligentes, no lo son tanto como para caer en la cuenta de la cantidad de seres estúpidos y presuntamente superiores que pululan por el mundo con un cargo político, afortunadamente. Porque al entregar la placa y todo lo demás, el alcalde les recordó a los alemanes que a Carballiño, cada 8 de agosto, acuden más de 70.000 personas a comerse miles de pulpos. Vamos, que si el pulpo lo hubiera entendido le podía haber contestado al alcalde que se metiera la placa y la figura por cualquier orificio de su cuerpo, preferentemente el que le resultara más doloroso, ya que eso hacen con los congéneres del que han nombrado “amigo predilecto”.