Revista Economía

Cómo superar el ‘ansiestrés’

Publicado el 31 marzo 2010 por Quim @Quim_Marques
Uno de los problemas de nuestro tiempo es, sin duda, la gestión del mismo, lo cual nos suele provocar en muchas ocasiones situaciones de estrés y ansiedad que, si no resolvemos, acaban somatizándose en nuestro cuerpo y afectando a la salud con consecuencias físicas y psíquicas. Una de cada dos personas sufre estos síntomas en silencio. Muchas de ellas finalmente solicitan la ayuda de expertos para superar su angustiosa situación, pero muchas otras no lo hacen y lo arrastran durante años.
El grupo de psicólogos del Centro ITAE de Barcelona (único en Europa especializado en el tratamiento de la ansiedad y el estrés para adultos) lleva desde hace años tratando estos síntomas y, desde su conocimiento profundo, han desarrollado una solución generalizada, al alcance de todos: proponen la elaboración de un Plan de Mejora Personal (PMP) para superar lo que ellos definen como ansiestrés y que han resumido en un libro de pronta publicación.
De hecho, fue la editorial Temas de Hoy, consciente de la existencia de este problema y de su afectación no patológica a amplias capas de la población, quien propuso a los autores la realización de este libro que no tiene intención de ser un manual especializado para profesionales, sino una aproximación/solución con herramientas prácticas de uso personal individualizado.
Se trata de un verdadero libro de autoayuda que se diferencia de muchos otros que existen en el mercado aportando un programa motivador.
Un equipo
En él, los cinco autores, que han tardado cerca de dos años en su confección, guían al lector hacia el camino de la recuperación mediante la realización de un PMP personal. Para ello el libro contiene una serie de espacios en blanco para que el lector interactúe y los rellene.
La palabra ansiestrés, inventada por los autores, une dos. El estrés es una consecuencia de aplicar los recursos que tenemos a las demandas que nos vienen y obtener una cifra negativa. Demasiadas demandas y pocos recursos. Cuando esta situación se mantiene en el tiempo se crea una ansiedad negativa.
El libro trata, en primer lugar, de diferenciar el estrés de la ansiedad y, en relación a ésta última, también de distinguir entre aquella que es considerada como buena y la perjudicial. Lo primero que los autores proponen es seguir las cuatro reglas (ver las claves adjuntas) con el manual delante y que se resumen en una sola: implicación real y constante.
La buena ansiedad
La ansiedad es algo temible cuando alcanza niveles muy elevados, pero en sí misma “es una emoción que los seres humanos incorporamos para protegernos del peligro. Gracias a ella nuestro cuerpo se prepara para la acción”, explica Laura Solana, una de las autoras. Hay tres tipos de manifestaciones que delatan su existencia: señales físicas como una aceleración cardíaca, conductuales, orientadas a minimizar el daño, y síntomas mentales que producen una incapacidad para pensar en algo que no sea la amenaza. “Las personas con autoestima elevada y con tendencia a afrontar las situaciones con un espíritu positivo serán mucho menos vulnerables a la ansiedad”.
Las situaciones generadoras de ansiedad son de cuatro tipos habitualmente: “cuando nos sentimos evaluados; en las relaciones interpersonales y sociales; cuando debemos enfrentarnos a cosas que nos dan miedo; algunos momentos de la vida cotidiana como las enfermedades o un exceso de trabajo”.
El estrés, al igual que la ansiedad, puede ser positivo o negativo (conocido como eutrés y distrés), en función de si las emociones generadas son buenas (motivación, alegría) o malas (ira, miedo).
Las consecuencias del ansiestrés las podemos observar tanto a nivel físico (agotamiento, carencia de vitaminas) como psicológico (dificultades de atención, depresión).
¿Puedo hacerlo?
Frente a una situación deteriorada, la primera pregunta que nos debemos hacer es: ¿puedo con esto? Y afrontar el reto y su superación a través de un compromiso personal.
Para ello los expertos nos recomiendan construir un PMP donde identifiquemos nuestros síntomas concretos, diferentes para cada uno de nosotros, y apliquemos los ejercicios, pautas o consejos que nos aportan, específicos para cada síntoma.
Entre los más comunes podemos destacar un plan de relajación muscular, respiración abdominal, unos hábitos de vida y alimentación saludables, un freno al ritmo excesivo, aprender a delegar, aplicar otros estilos de comunicación diferentes de los habituales, ser asertivos, etc.
“No es necesario seguir pasándolo mal”, afirma Josep Pla, otro de los autores. “No dejes pasar el tiempo y recupera tu calidad de vida”. Para ello necesitamos un compromiso de acción hacia el cambio. Y es que el pensamiento sin una acción derivada no sirve para nada. Ha de quedar claro que uno se enfrenta a un aprendizaje que le servirá para toda su vida. El truco del éxito está en la práctica.
Tal como explica Solana, “si hiciéramos todo lo que somos capaces de hacer nos quedaríamos literalmente atónitos del poder de nuestras capacidades”
Lo principal para hacer frente al estrés es desarrollar un compromiso personal de acción hacia el cambio.

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