Cómo superar un rechazo… “laboral”

Como el título inicial “Cómo superar un rechazo” podía hacernos creer que estabamos ante una entrada de #sabadosabadete en la que fueramos a hablar de qué hacer cuándo nos deja nuestra pareja, he preferido añadir la coletilla “laboral” para diferenciar y que nadie se lleve a engaños.

Procesos de selección hay muchos, CV entregados muchos más, y como oportunidades laborales hoy en día no hay tantas como quisieramos, deberíamos aprender de aquellas ocasiones en las que nos rechacen como candidatos.

No quiere esto decir que no valgamos para desempeñar el trabajo, sino que por lo que sea, han considerado que hay algún candidado que se adapta mejor a lo que la empresa esta buscando. Nos guste o no, nos parezca más justo o no.

Por eso, cuando nos llamen para decirnos que no (aunque no siempre se es tan considerado con el candidato) debemos afrontar el hecho de la manera más positiva posible que nos permita aprender y afrontar futuras oportunidades.

1. No tomarlo de forma personal.

Es importante tener en cuenta los factores que han conducido al rechazo. Tal vez, la persona y la posición que se estaba buscando simplemente no coincidían, o quizá el empleador sentía que faltaban una o dos de las habilidades clave, o experiencia. Esto significa que algunas actitudes o acciones podrían necesitar de alguna mejora y es bueno centrarse en estos cambios.

2. La importancia de una respuesta moderada y positiva.

Cuando se reacciona frente al ‘no’, es fácil atribuir la culpa a los demás. Esto no lleva a ninguna parte, y, de hecho, daña la actitud para futuras ocasiones. Por ello, es mejor pensar en lo que ha sucedido y luego trabajar para mejorar las posibilidades en ocasiones posteriores. Nunca se tiene que responder al rechazo con anuncios negativos sobre ese potencial empleador en las redes sociales.

3. Buscar retroalimentación útil.

Teniendo en cuenta la situación detrás de cualquier rechazo, ayuda mucho reconocer y avanzar más allá de las circunstancias que estaban fuera del control del candidato. Vale la pena pedir retroalimentación para que se pueda reflexionar y luego mejorar las debilidades que ese empleador ha identificado. Un email con algunas preguntas bien estructuradas puede servir para obtener una respuesta constructiva.

4. Re-enfocarse.

Después de evaluar las razones del rechazo, es importante volver a centrar la energía en los próximos pasos de la búsqueda de empleo. Si no se mejora correctamente la actitud después del rechazo, solo se van a obstaculizar las posibilidades de obtener el puesto perfecto. Lo ideal sería retomar la búsqueda de trabajo revitalizado y reorientado, y luego invertir tiempo en asegurarse de que se aplica para los puestos adecuados.

Fuente: RRHHpress.com

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