Revista Opinión

¿cómo Te Ayuda Ser Una Persona Optimista?

Publicado el 15 noviembre 2018 por Carlosgu82

Antes que nada, es necesario aclarar que las manos que tejen este artículo no pertenecen a un psicólogo, un profesional del coaching ni a un defensor del pensamiento positivo. Más allá de lo que estos cargos puedan significar en la generación y distribución de una ideología destilada en citas y ejemplos próximos a ser cómodamente consumidos como píldoras para aliviar el dolor de cabeza de la frustración personal (con la fe y el estímulo de los primeros 30 minutos como brebaje, no vaya a ser que se nos quede en la garganta), me propongo a debatir el porqué de su existencia y por qué en los últimos años se ha hecho tan necesaria la cultura del buenrollismo; después de todo, si lo pensamos detenidamente ¿por qué necesitamos que alguien nos enseñe a ser optimistas?, ¿De dónde nace tanta negatividad?, y en última instancia, ¿Si en verdad el mundo es injusto y cruel, entonces para qué esforzarse en engañarnos?.

¿Qué es el optimismo?

Nuestra confiable Wikipedia describe el optimismo como «la doctrina y la disposición de espíritu que aguarda lo mejor y lo más positivo de todo en psicología, ética y filosofía», además hace apuntes importantes sobre su historia «La palabra optimismo proviene del latín “optimum“: “lo mejor”». Y es que la idea general del optimista es la de un ganador: un deportista exitoso, una estrella de cine, un científico brillante, un multimillonario de brazos cruzados que te sonríe desde la portada del libro de autoayuda predilecto de la librería a dos cuadras de tu casa. Lo que todos estos personajes guardan en común se puede resumir en la respuesta básica de una entrevista de tres minutos: Nunca me rendí. Siempre fui fiel a mis objetivos porque sabía que estaba destinado a algo grande. Vale, esto no ha salido de ninguna entrevista, es más un condensado de lo que todos estamos cansados de oír. Es inspirador, por supuesto, ¿Pero qué significa?. Bueno, aquí el análisis se divide en dos vertientes lógicas, ya que no puede ser coincidencia que casi todas las personas de éxito opinen lo mismo.

  1. El pensamiento optimista deriva del éxito. Favorito del público general, escéptico y cínico. No hay nada que hacer aquí, simplemente son personas que debido a su lugar de nacimiento, disposición económica, crianza, educación, genética, suerte y un largo etc, presentan el caldo de cultivo perfecto para tener éxito en determinada disciplina y, al sentirse ganadores y apoyados por su entorno, desarrollan un pensamiento optimista. Esta teoría se ve respaldada por la lógica que, entre tantos miles de millones de habitantes, por pura fuerza bruta, algunos tienen que ser exitosos.
  2. El éxito deriva del pensamiento optimista. Favorito de miles de autores, casas de publicación y conferencistas alrededor del  mundo. Mantener una mente centrada en tus objetivos, la felicidad y la abundancia, forzará al universo y a ti mismo a ser la mejor versión posible, el optimum, en otras palabras, un ganador, pero es esencial que antes de ser pragmático, seas optimista y paciente de corazón.

En mi opinión, ambos punto de vista son certeros en cuanto que mejores condiciones de vida atraen mejores oportunidades de crecimiento personal y económico (por eso hay más gente haciéndose millonario en Reino Unido que en Angola) , no obstante es cierto que alguien con una mentalidad «ganadora» buscará todas las maneras de cumplir su sueño, esto incluye cambiar su entorno e ir a donde tenga mejores oportunidades. Además, aunque no crea que el universo conspire por elevar las aspiraciones de nadie, estadísticamente es más probable que cumpla sus sueños una persona que lo intenta muchas veces que alguien que se rinde antes de entrar a la cancha. Ojo, que no estamos hablando de hacernos millonarios, algo que depende exclusivamente de la formación en inteligencia económica y la suerte.

De cualquier manera, te propongo una tercera vía. La del optimismo puro. Sí, así es, un optimismo que no es causa ni efecto del éxito, sino que existe en si mismo. Primero, pensemos por qué no somos optimistas. ¿Por qué no eres optimista?, ¿Algo está saliendo mal en tu vida?, ¿Estás disconforme?, ¿Preocupado?, ¿Atrapado?, ¿Vislumbras tu porvenir con negatividad o indiferencia?. Entendemos que en un mundo ideal, en tu mundo ideal, no haría falta hacerte estas preguntas. Pero el mundo ideal no existe y tu cerebro lo sabe. Sabe que eres un ser débil y limitado en un mundo hostil. También sabe (en algún punto más elevado) que el mundo podría ser mejor de lo que es, te lo han mostrado en películas, libros, historias. En tu oído izquierdo el arte grita por un mundo idealizado, de aventuras, sueño y héroes, mientras en el derecho la naturaleza te dice que tienes hambre, que te falta pagar dos facturas de la luz, que tu vecino se está robando tus macetas, que aún no has reparado la calefacción. La disconformidad, la incapacidad de aceptar el mundo que nos rodea, es un cóctel producto de la cultura y el instinto, un cóctel necesario para incitarnos a cambiar y mejorar. Un cóctel que debe tomarse a sorbos pequeños.

¿cómo Te Ayuda Ser Una Persona Optimista?

Una oportunidad llamada vida

Cuando la disconformidad no encuentra una luz al final del túnel, cuando nos hace sentirnos más inferiores que capaces, cuando las limitaciones superan las posibilidades, hablamos de pesimismo, la aceptación ciega y triste de ser conscientes de todo lo malo en un horizonte sin sol; atados de pies y manos, sólo podemos observar impotentes cómo la vida se prepara para darnos el siguiente golpe. Esta postura es, si cabe, tan equivocada como pensar que todo se solucionará por pensar diferente. En realidad, debemos ser optimistas por pura lógica, es inevitable que alguien que piense demasiado se dé cuenta de que el optimismo está intrínsecamente ligado a la existencia. ¿Acaso el hecho de que estés leyendo esto, buscando una respuesta al optimismo no te hace un optimista?, ¿Acaso leer noticias, ver televisión, compartir un cotilleo no te hace un optimista de closet?, ¿Pensar que el mañana no traerá nada bueno pero aún así enfrentarte a él y vivirlo no te hace un intrépido explorador del optimismo?, ¿Planificar tu suicidio con tres meses de antelación no te hace un optimista de otra vida o por lo menos de una paz que no obtienes en esta?. El pesimismo, no es más que una versión pasiva y no declarada del optimismo. En realidad, el optimismo, el optimum, es inesquivable por tanto que es una condición necesaria para la existencia tanto física como mental. Por definición, no puedes dejar de ser optimista y demostrarlo a través de quién eres. Cada paso que des, cada pensamiento que tengas, va encaminado a esperar lo mejor, incluso si crees que estás esperando lo peor de una situación, ¡eso es lo mejor que podrías esperar!. Paradójicamente, se te haría imposible, por más que critiques, insultes, blasfemes o despotriques, no ser optimista, porque al hacerlo, aguardas lo mejor. Nuestros cuerpos y mentes no pueden dejar de aspirar a lo mejor, incluso si se convencen de que lo mejor es ver todo lo malo. Esto es producto de que el optimum no es absoluto, y no, lamento ser yo quien te lo diga, pero ser millonario con una mansión en New York o fiyi, no lo es. «El mejor modo de vida» puede ser cualquier cosa y es una idea tan insondable como la imaginación de cada ser pensante sobre la tierra. Lo único absoluto es que, hagamos lo que hagamos, pensemos de la manera que pensemos, siempre iremos hacia allá.

¿Y ahora qué?

La conclusión filosófica de que por definición todos somos optimistas puros está muy bien, ¿pero de qué manera esto puede hacerme feliz o beneficiarme en algo?. De la misma manera que el optimismo es inevitable, ¿no debería serlo la felicidad también?, Y si es así, ¿Por qué no lo siento?. Probablemente porque no has podido expresarlo, verás, al igual que el optimismo descansa en tu interior pero no lo expresas y eso te da la impresión de no ser optimista, la felicidad es perpetua pero no te das la oportunidad de demostrártelo a ti mismo hasta que no se presentan unas condiciones artificiales construidas por la cultura-instinto. Las claves prácticas, al igual de por qué esto es así, se explicará mejor en otro artículo, por ahora nos quedaremos con el optimismo y cómo expresarlo para que descubras en ti mismo, al optimista que irremediablemente eres:

  1. Presta atención a las acciones que haces y por qué las haces, es importante que hagas esto, particularmente cuando tienes pensamientos negativos o críticos.
  2. Presta atención a las acciones de otras personas.
  3. Apoya a los demás, simplemente porque hacerlo es agradable y te ayudará a aprender el efecto que tiene tu optimismo activo sobre el optimismo latente de los otros.
  4. Medita sobre el fin o propósito de todo cuanto puedas: tu trabajo, tu relación, tu vida, tu gato, el vendedor de periódicos que siempre te mira de manera sospechosa cuando vas camino al metro. Todo. A esto se le llama teleología y es una rama muy interesante de la metafísica que, entre otras cosas, te ayudará a darte cuenta de que nada parece dirigirse hacia ninguna parte, simplemente avanza, ¡Y esto es perfecto!, ¡Es optimismo puro y tú lo estás viendo en vivo y en directo, construyendo todo lo impresionante que ves sin necesidad de una única aspiración!, porque el optimum es la existencia en sí y todas las metas que está alcanzando a cada instante.

En resumen, ¿cómo te ayuda ser una persona optimista?, a conocerte mejor, a acercarte más a quién eres, y eso, vale más que cualquier cosa.


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