-Marina Muñoz Cervera-
Los excesos de comida están normalizados en nuestras mesas.
En esta época del año, los supermercados están llenos y una de las mayores preocupaciones es que no falte de nada en Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo y día de Reyes.
Son 5 comidas con las que se celebra el nacimiento de Jesucristo y se despide y recibe un nuevo año.
En muchos hogares se celebran en familia, en otros, con amigos, pero también hay personas que no le dan tanta importancia a estas fechas y las viven como días normales.
Típico de Navidad.
Las calles de ciudades y pueblos están decoradas con luces de colores, y un ambiente festivo nos acompaña ya, desde mediados de noviembre.
Además, de mercaditos con puestos de buñuelos, patatas asadas, churros, castañas y chucherías.
Forma parte de nuestra tradición y de nuestra cultura.
Sin embargo, en la mayor parte de las personas está presente la sensación de exceso, por eso la palabra «dieta» es una de la más nombradas en las reuniones.
- Me he puesto a dieta para comer más en Navidad.
- Me pondré a dieta a primeros de año y empezaré a hacer ejercicio.
- No voy a hacer dieta en Navidad.
- Cuando pasen las fiestas voy a empezar una dieta
Éstas y otras expresiones similares forman partes de la cotidianeidad de las conversaciones.
Pero también hay otras que reflejan la tendencia al exceso:
- Voy a hincharme de comer.
- Voy a comer hasta reventar.
- Aprovecharé para comer sin límites.
Incluso hay personas preocupadas, que no saben cómo gestionar su ingesta en estas fiestas, porque se sienten abocados a comer en exceso.
La oferta y la demanda.
Cuando la oferta es excesiva, como en estas fechas y nuestras emociones están a flor de piel, es fácil que la comida se convierta en un canal de expresión emocional.
Si además, lo juntamos con bebidas alcohólicas que son orexígenas (aumentan el apetito) como el vino o el cava, tenemos muchas posibilidades de tener sobre ingestas.
La comida rodea nuestros encuentros y calles. Es una forma de relacionarnos emocionalmente.
¿Cómo podemos evitar las comidas excesivas?
En primer lugar siendo conscientes de que no necesitamos comer tanto. En Navidad nuestro cuerpo es el mismo.
Preparando una comida o cena racional, que nos satisfaga, pero sin llegar a sentirnos mal.
Podemos disfrutar de los alimentos propios de la época, sin desperdiciarlos.
Hay familias que ponen mucha comida en la mesa y comen las sobras los días posteriores, para evitar cocinar.
No sería necesario sacar los alimentos sobrantes a la mesa, se pueden dejar en el refrigerador, para el día siguiente.
Algunos trucos:
- Evitar saltarte comidas para llegar con más hambre o no comer tanto en un día.
- Intentar ser consciente de tu cuerpo, hambre y saciedad.
- Servirte el picoteo en un plato, para no perder la noción de la medida.
- Servirte los dulces en un plato pequeño, en lugar de cogerlos a medida que los comemos.
- Ayudar a servir y a recoger los platos, eso nos permite movernos y ayuda a tomar conciencia de lo que estamos comiendo.
- Servirte un vaso de agua, aunque bebas vino o cerveza, para diluir el alcohol.
Los empachos no son agradables y pueden producirnos molestias digestivas durante días.
Y el exceso de comida puede llevarnos a pesadez, flatulencias, ardores y dolor abdominal, entre otros síntomas, como estreñimiento o diarreas.
Repitiendo el título de esta entrada ¿Cómo te relacionas con la comida en estas fiestas? Os diré que, tras haber analizado las fechas y eventos con perspectiva, me relaciono disfrutando de la comida, atendiendo a mi saciedad y sin llegar a la patología digestiva.
¿Y tú? ¿Cómo lo haces?
A través de la etiqueta Navidad sana de este blog puedes acceder a entradas con recetas para estas fiestas.
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