Tanto en corporaciones como en la universidad, para unos meses o varios años, para tareas específicas o multidisciplinarios. Los grupos son la unidad mínima en la que las personas se organizan y no siempre es fácil llevarlos adelante.
La mayoría de mis grupos nacieron (y murieron) dentro de la Universidad. Pero considero otros ámbitos como la iglesia, una organización internacional de jóvenes, una radio y varios emprendimientos. Claro que hay excepciones y este punteo no da cuentas de esos casos en los que has querido que tu grupo se disuelva lo antes posible porque no aguantabas más. Pero son los menos.
Parte de mi experiencia sobre el tema, en este punteo.
Ojalá podamos organizarnos como los pingüinos.Todo sería más fácil. Src: Pixabay. com
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No depende de la cantidad de integrantes
No importa que sean 2, 4, 6, 10 o 12 personas. No importa si coinciden o no en otras áreas de la vida. No importa si se conocieron hace 5 minutos y tienen que empezar a trabajar. En la diversidad está la riqueza, si se sabe aprovechar al máximo. Y los que no terminan de encajar en la dinámica, son depurados de forma natural, con peleas o sin ellas, pero a la larga quedan fuera.
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Todos deben sentirse útiles
¿Alguna duda sobre esto?
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Debe haber afinidad
Si no es previa a la conformación del grupo, que se empiece a dar desde el primer minuto de la creación. La amistad, aunque incipiente, es un lazo que ante eventuales crisis va a dar unidad al grupo. Hacer un zig-zag entre lo estrictamente funcional y lo que va por fuera es saludable. A veces uno hace el trabajo del otro, le da consejos sobre cosas de la vida, aparece la cooperación y la contención, a tal punto que las relaciones personales van mucho más allá inclusive del ciclo de vida del grupo.
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Tiene que tener una identidad (por lo menos un nombre)
Aprovechando los grupos de Facebook o Whatsapp, es acertado pensar en ponerles un nombre con el que todos se sientan identificados. Eso le da una impronta al grupo que trasciende la razón de ser del grupo porque empieza a trabajar una marca, que en marketing se la suele asociar con sentimientos, valores, una historia y mucha más información. La construcción de la identidad comienza por el nombre y es una decisión estratégica usarlo.
Uno de los mejores grupos que tuve. Eramos doce personas, cuatro meses de trabajo y una dinámica increíble.
Claro que debe surgir espontáneamente. Forzar este proceso es lo mismo que nada. Como tampoco es útil poner “Nombre de la materia – Grupo No X” o “Nombre de la organización – Área de X 2015″. De hecho, eso no hace más que alejar a los miembros y quitarle pertenencia al grupo.
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Tiene que tener objetivos a corto plazo
Los objetivos tienen que ser como flechas. Es más fácil proyectar una flecha con un arco, que un misil. Aunque no se compare el impacto que cada uno tiene. Un objetivo cumplido es la dosis de gratificación que el grupo necesita cada tanto para seguir adelante. ¡No hay motivación como esa!
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Es necesario un lider/moderador
Por último, las decisiones no se toman de a cientos, ni tampoco las toma un directorio. La fluidez en la comunicación entre todos los miembros debe existir junto a la organización. Siempre hay alguien que toma la posta y es cabeza de lanza. Es bueno que esto suceda, siempre y cuando al lider/moderador no se le suba la responsabilidad a la cabeza.
Bonus: Trello, la mejor herramienta para organizar tu grupo
Los tableros y las notas, la posibilidad de añadir miembros, imágenes, archivos, armar listas To-Do, establecer tareas para cada miembro y calendarizar son cosas que hacen de esta una gran herramienta. La captura corresponde a uno de mis tableros. No es para nada complejo comenzar a implementarlo y a la larga, ahorra muchos dolores de cabeza. Es una gran alternativa para reemplazar al grupo de Facebook. Y un buen complemento para el Google Docs, para el trabajo colaborativo.