Quiero tocar un punto importante, y es el siguiente pensamiento personal, en este siglo existe un tipo de miedo que nos paraliza a muchos y lleva las riendas de nuestras decisiones, el ya muy conocido: miedo al compromiso. Y es que si bien es cierto que la tendencia que nos encarcela, es nuestra frase de generación que algunos portan hasta con orgullo “No dependas de nada, se libre” que lo traducimos a no ser constantes, pero olvidamos que la verdadera libertad es ser comprometido; con tus ideales, convicciones, valores, raíces, familia, pareja, estudios, deporte y así con cada aspecto de nuestra vida.
Y esto solo es posible definiendo nuestras bases de una forma sólida, al igual que una empresa; es grande, trasciende e impacta cuando tiene una visión clara, objetiva y es constante. De nuestras bases parten la toma de decisiones, por lo cual debemos sentarnos a analizar nuestras raíces, invertir en nuestras bases y creer en ellas y lo más importante trabajar para ellas.
No podremos dar el fruto que deseamos sin tener la semilla correcta.
No hay nada más respetable que una persona constante e integra.
Una persona que no lo mueve nada, que nada lo impresiona tanto como para sacrificar sus ideales y para que duela sacrificar nuestras convicciones, hay que hacer que cueste tenerlas.
Seamos de una sola pieza, seamos constantes, seamos dedicados.
Y si el miedo es lo que te hace dudar de tus decisiones vuelve a tus bases.
Pero una vez bien definidas avanza y comprométete; de una vez por todas, no caigas en las arenas movedizas del ” no se” es asqueroso, es repulsivo. DECIDE, SI O NO, consúltalo con tus bases y tómalo o déjalo, pero ya comprométete. Caídas habrá, pero redefínete cada día y decidiendo progresa, no decidir es estancarse
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