Leí un artículo en parenting.com con el que me sentí muy identificada porque habla de un nuevo tipo de mamá que se queda en casa cuidando a sus hijos pero al mismo tiempo empieza negocios, escribe blogs y trabaja desde casa. Y es que hace 20 años nada de esto hubiera sido posible. O ibas a la oficina o te quedabas en casa pero nunca mezclabas los dos mundos.
Yo tenía esa mentalidad antigua. Cuando me enteraba de personas que trabajaban desde casa me sorprendía y me parecía imposible de lograr a menos que fuera una artista, escritora o algo parecido. Nunca lo considere como una opción.
Durante el embarazo de Isabella tomamos la decisión de que yo me quedaría en casa cuidando de las niñas. Nos parecía importante que Natalia contara con un apoyo constante en su adolescencia y que Isabella pudiera pasar los primeros años conmigo dado que no tenemos mucha familia cerca y prácticamente tendríamos que dejarlas con extraños. Acepté mi destino sin saber en lo que me metía y básicamente renuncie a mi carrera profesional. Rápidamente me di cuenta que estar en casa era importante pero que no era suficiente para mí, que necesitaba enfrentar retos, resolver problemas, tener contacto con otros adultos, etc.
Afortunadamente ahora quedarse en casa no significa que tengas que dejar tus sueños o metas a un lado. Con una conexión de internet y un computador puedes ser la presidenta de tu propia compañía, una activista, defensora de derechos, vendedora, ¡lo que se te antoje! Casi sin darme cuenta me uní al 10.1 millones de mujeres que tienen su propio negocio en Estados Unidos y creé, junto con Oscar, una tienda de venta de jeans por internet www.cilantroshop.com por el que vendemos a toda Latinoamérica, expandí mi clientela en el negocio de creación y mantenimiento de páginas web y publiqué este blog como una forma de sentirme conectada con el mundo exterior. Sin embargo el proceso no fue fácil, por eso sí estás pensando hacer algo parecido quería compartir estos consejos:
- Hay que tener la actitud correcta: Trabajar desde casa es trabajo aunque no tengas a nadie diciéndote que hacer ni cuando hacerlo. Hay que tener mucha auto motivación para levantarse temprano, quedarse tarde o trabajar mientras la familia se divierte cuando sea necesario.
- Crea un plan: Identifica algo que te guste y en lo que seas buena que te permita trabajar desde casa. ¿Te gustan las ventas? Piensa en vender algún producto o servicio por internet. ¿Tienes habilidades técnicas? Considera trabajar para una empresa haciendo soporte técnico desde casa. ¿Te gusta escribir? Tal vez sea una buena opción crear tu propio blog o escribir artículos para algún medio. ¿Sabes más de un idioma? Si es así, traducir puede ser una buena opción. Aunque al principio pienses que estas no son opciones viables, trátalas, te puedes sorprender. No tiene que ser tu empleo soñado- si es algo que te permite estar en casa que es lo que realmente quieres en este momento, ¿por qué no tratarlo?
- Ten un sistema de apoyo: No hubiera podido conseguir nada sin la ayuda de Oscar y por supuesto Natalia. Ellos han estado ahí para apoyarme cuando tengo alguna crisis de trabajo y no puedo cuidar a la niña, limpiar la casa, cocinar, etc. Tener una niñera o un plan de “backup” cuando algo sale mal es importante para no poner tanta presión sobre tu familia.
- Traza un horario realista: Ten en cuenta que si trabajas desde casa tendrás que hacerlo durante las siestas de los peques y después de la hora de dormir. No trates de trabajar mientras estas con los niños porque terminaras haciendo todo a medias. Es mejor enfocarse en una cosa al tiempo. Las pocas veces que he tratado de enviar un correo electrónico serio con Isabella al lado la cosa no ha terminado nada bien.
- Ten tu propio espacio: Todos en mi casa saben que cuando estoy en el basement estoy trabajando. Acá no se permite música, televisión, ni distracciones. Cuando subo las escalaras hacia el área de juego de Isabella cambio de actitud totalmente y dejo el trabajo abajo.
- Sé muy flexible: No siempre las cosas salen como esperamos ni los niños duermen a la hora que queremos. Hay que tener la flexibilidad de cambiar de tarea si es necesario, dejar el trabajo para luego, atender al niño que está enfermo, salir corriendo al supermercado, etc. Lo bonito es que no tienes que pedir permiso a nadie.
- Hay que tener un balance: No todo tiene que ser trabajo. Entre el de tiempo completo de ser madre y encima trabajar desde casa, te puedes desgastar fácilmente. Saca tiempo para salir con amigas, tener tiempo para ti, actuar como voluntaria en una causa importante, ir al parque, hacer lo que se te antojen.
Y ustedes, ¿trabajan desde casa o han considerado la posibilidad de hacerlo? Compartan su experiencia o ideas