Existe una leyenda urbana acerca de la ansiedad y de cómo relajarnos. Decir que estoy relajado. Ya hablé sobre este tema en Lo que nunca debes hacer si sientes ansiedad, y menos si estás negociando y qué es lo que no hay que hacer cuando sentimos ansiedad, algo que solemos sentir varias veces al día.
Así que hoy voy a hablar de un tema que básico en coaching, ya que una de las constantes de las sesiones suele ser la ansiedad y un coach que no sepa gestionar la ansiedad de su cliente va a tener problemas te voy a decir qué hacer para superar la ansiedad y mejorar nuestra inteligencia emocional.
Te daré varias técnicas y estrategias de inteligencia emocional que puedes seguir para superar la ansiedad y te daré una técnica infalible para en 5 minutos transformar tu ansiedad en una emoción que te ayude a realizar cualquier tarea de forma más efectiva y eficiente, y que enseño a mis clientes en las sesiones de coaching, y también en los cursos de Resiliencia, porque aprender a gestionar la ansiedad es vital para desarrollar la resiliencia.HAZ UNA LISTA
Primer paso: Lista de cosas que te ayuden a soltar tensión, a relajarte y bajar la ansiedad. Haz una lista de cosas que en el pasado te hayan funcionado o ayudado a sentirte mejor. Da igual en qué medida.
Se trata de tener algo así como una caja de herramientas con el listado a mano para el caso de que se necesite y que en ese momento en el que será complicado concentrarnos lo suficiente como para acordarnos de qué podemos hacer cuando lo necesitamos.
Lo importante es hacer una lista de cosas que te ayuden a relajarte, da igual que a otras personas no les funcione, se trata de qué te funciona a ti, y si mirar cómo pasan las nubes te relaja ponlo en la lista.
Algunos ejemplos que te pueden servir y en los que puedes introducir variaciones:
1. Un baño caliente. El agua caliente relaja los músculos, por tanto suelta parte del cansancio y la fatiga y la relajación física engaña un poco al cerebro, mandándole el mensaje de que está relajado y por tanto ayuda a la relajación mental.
2. Un masajepor la misma razón que el baño, y además, cuando nos dan un masaje solemos estar pendientes de lo que hacen y nuestra atención está centrada en lo que la persona que nos da el masaje hace, distrayendo nuestra atención de lo que nos produce tensión y ansiedad, mientras a la vez se relajan nuestros músculos, lo que hace que sea una experiencia doblemente relajante. Además el contacto físico con otra persona nos reconforta y nos relaja.
3. Abraza a alguien(mejor si es conocido, pero si a tu jefe no le gusta el contacto físico no lo recomiendo como compañero de abrazo…). Como dije antes el contacto físico con otra persona (preferentemente) u otro ser vivo, nos consuela y nos reconforta, se liberan endorfinas que hacen que aumente nuestro bienestar.
Por eso se están empleando cada vez más técnicas con animales para terapia, porque para personas que se encuentran solas o aisladas les ayuda a sentirse mejor, y a sentir más empatía lo que aumenta nuestra sensación de bienestar.
Además en el caso del abrazo estarás beneficiando a la otra persona también, la que recibe el abrazo.
Cualquier mascota vale también, pero en mi opinión una tarántula no es exactamente la clase de mascota más apropiada para este tema. Y no, no estoy loca, una amiga psicoterapeuta recomendó a una clienta que tuviera una mascota mientras seguían con la terapia ¡y se compró una tarántula! Después le dijo que no era exactamente la clase de mascota que tenía en mente,…
Segundo Paso: Ten la lista a Mano. Una vez tengas hecha la lista que tiene que constar con al menos cinco elementos, ten la lista a mano, hazle una foto en el móvil, ponla en un post-it, etc., y ponla en un sitio que esté a mano, puedes elegir varios a la vez, para que puedas echar mano de ella en cuanto lo necesites.
Se llevó a cabo un estudio con personas a las que se pidió que hicieran un plan de qué harían paso por paso si sentían ansiedad y repasar mentalmente el procedimiento todos los días. Se encontró que independientemente de las estrategias que usaron bajaron sus niveles de ansiedad considerablemente, frente a personas que no tenían un plan.
Es totalmente lógico el resultado del estudio, al fin y al cabo, cuando sentimos ansiedad tenemos incertidumbre y miedo a lo que va a pasar, si tenemos un plan que nos imaginamos ejecutando cuando aparezca la ansiedad se elimina el elemento de incertidumbre y el miedo baja sustancialmente porque sabemos lo que vamos a hacer, y que nos va a hacer sentir mejor.
Por otro lado estamos imaginando que cuando la ansiedad aparece vamos a realizar una acción, entonces, nuestra atención se centra en las tareas que vamos a realizar, no en cómo de mal nos vamos a sentir, podemos decir que rompemos el trance en el que nos sumerge la ansiedad y también la expectativa de sentir ansiedad.
Obviamente es mejor que uses cosas o técnicas que te hagan sentir bien o que en el pasado te ayudaran a relajarte, puedes usar la lista que hiciste antes, o elementos de esa lista, porque si te pilla en la calle, lo de darte un baño va a ser difícil,.... Puedes incluso elegir cosas que te hacían sentir bien cuando eras niño, y probar qué sientes ahora cuando las haces. Pero todo vale, un ejemplo:
Si siento ansiedad:
1. Respiraré despacio2. Me tomaré un vaso de agua a sorbitos pequeños3. Me prepararé mi té favorito mientras me tomo el agua.4. Leeré el artículo 9 Recomendaciones para encontrar la Felicidad del blog Coaching con el Cerebro en Mente de Ana Suárez.5. Llamaré a mi madre para decirle cuánto la quiero.6. Llamaré a alguien que necesite ánimos y le animaré (ojo no vale contarle nuestras penas, se trata de ayudar a alguien no de hundirle más en la miseria mientras nosotros nos hundimos más en la nuestra).7. Saldré a dar un paseo de 15 minutosHay muchas más cosas, cuantas más añadas a la estrategia mejor. También es necesario que tengas a mano este procedimiento, para que si no te puedes hacer un té, pases al siguiente punto.
Y recuerda, disfruta tanto como puedas del proceso, ya que el proceso es parte del objetivo.
LO MEJOR PARA EL FINAL: REFORMULA LA FRASE
Está es la mejor técnica y la más rápida en situaciones de crisis. La he usado mucho cuando algún cliente tiene una reunión o negociación muy importante y urgente y no podemos prepararla convenientemente porque alguno de los dos no tiene tiempo, ¿preparado? Ahí va Piensa que estás entusiasmado y repítetelo a ti mismo. Sí ya está. Esto sólo vale con el entusiasmo o la excitación (no sexual), no vale con la relajación, no vale con la tranquilidad, sólo con el entusiasmo.
La explicación: el estado de ansiedad es una situación de actividad, que te impulsa a actuar, de hecho prepara al cuerpo para actuar, es un estado de emergencia que nos prepara para hacer un gasto enorme de energía ante un peligro que nuestro cerebro, sea real o no, percibe.
Nos prepara para la acción porque la ansiedad es un estado de excitación (no necesariamente sexual pero puede llevar a pensar que se tiene deseo sexual cuando sólo es ansiedad, ojo, de ahí las adicciones al sexo) por tanto disponemos de energía extra (que no es gratis ya que tiene un coste en otras funciones corporales que dejan de funcionar para prestar su energía) y que si no sabemos cómo des-excitarnos podemos aprovechar en nuestro beneficio engañando a nuestro cerebro diciendo que sentimos otro tipo de estado de excitación: el entusiasmo.
En un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Harvard, se encontró que al ser la ansiedad un estado de valencia emocional negativa, es decir, no un estado emocional positivo, pero ser un estado de propensión a la actividad, que nos impulsa a actuar, tiene cierta similitud con el entusiasmo, o estado de excitación positiva, por tanto, cuando pensamos que estamos entusiasmados, como ya sentimos ganas de acción como en el entusiasmo, sí tiene sentido para nuestro cerebro que realiza una reformulación de la situación y genera un estado totalmente distinto.
Al mismo tiempo encontraron que las personas que reformulaban la situación diciéndose que estaban excitados eran mucho mejor negociadores que los demás sacando una ventaja competitiva sustancial. Es decir, su capacidad para negociar era mayor y mejor y además tomaban mejores decisiones consiguiendo un mejor precio en los contratos que negociaban.
Así que ya sabes, la próxima vez que sientas ansiedad (siempre que sea de intensidad baja a moderada) piensa que estás entusiasmado, puede cambiar tu vida y negociarás mejor. De paso estarás incrementando exponencialmente tu resiliencia.