La ictericia es la alteración de la piel y los tejidos a causa del pigmento biliar, la sintomatología
es clara y lo más aparente es el color amarillento que toma la piel los ojos y las mucosas. Además de estos síntomas suelen ser frecuentes los sarpullidos, picores en las manos, anemia, cansancio y depresión. La ictericia puede ser producida por obstrucción o retención de la bilis, aunque en algunos casos puede ser causa de intervenciones quirúrgicas y medicamentos.
Las medidas son:
Tomar en ayunas una cucharada de aceite de oliva con zumo de limón recién exprimido al que se aconseja añadir esencia de manzanilla y romero.
Normalmente la mejoría es bastante rápida máxime si se complementa con infusiones tales como boldo, diente de león y fumaria ya que activan el hígado y lo depuran. Otras plantas recomendadas son las celidonia, la vara de oro y la cola de caballo porque activan el sistema inmune y en caso de falta de apetito la más recomendada es el ajenjo por sus propiedades estimulantes digestivas.