El cómo utilizar los carbohidratos en nuestra dieta es un tema que debe ser discutido y tenido en cuenta. Es uno de los conceptos básicos que deberíamos tener en cuenta si queremos encarar una dieta. Este concepto tiene que ver con el tiempo que lleva digerir los carbohidratos. Si entendiéramos el tiempo que lleva a cada tipo de carbohidrato ser digerido, podrías planificar tus comidas para energizar tus actividades. Esto te ayudaría a planificar una dieta que te permitiera quemar la energía excedente de tu organismo antes de que sea almacenado como grasa.
Tiempo de digestión
Para nuestro propósito (la dieta) y para hacerlo simple hay dos tipos de carbohidratos. Frutas, y todo lo demás. Las frutas contienen la mayor parte de sus calorías en forma de un tipo de azúcar llamada fructuosa. La fructuosa se convierte en una tipo de energía utilizable luego de pasar por un proceso en el hígado. Esto sucede después de ser digerida, por lo cual la llamaremos "azúcar de 2 pasos".
Todo lo demás (granos, azúcar refinada...) contiene la mayor parte de sus calorías en forma de sucrosa o glucosa. Ambas formas de carbohidratos no necesitan pasar por el hígado para activarse. Por tal motivo,tienen la habilidad de ingresar al torrente sanguíneo casi inmediatamente después de su digestión. Por tal motivo la llamaremos "azúcar de solo un paso".
La gran diferencia entre las fruta y "todo lo demás" es la velocidad en que son digeridos. La fruta brinda una reserva de azúcar estable al torrente sanguíneo. En promedio esta energía permanece por 2 o 3 horas. Todo lo demás, por otro lado, como no tiene que pasar por el hígado, no sufre el efecto cuello de botella. En el caso de este tipo de azúcar la fibra que contiene el alimento es la que va a indicar cuan rápido el azúcar tendrá efecto sobre el flujo sanguíneo, cuanto más contenido de fibra, más parecido al efecto que produce ingerir frutas.
El gran concepto que debemos tener en cuenta es que los carbohidratos se suponen que son energía para nuestras actividades, pero solo pueden permanecer en la forma utilizable por un limitado plazo una vez que ingresan a nuestra sangre. Si no la utilizamos, esa energía se convertirá en grasa dentro de las próximas 8 horas. Por tal motivo, planifica tus dietas teniendo en cuenta este concepto y que la fibra ayuda a extender el tiempo para quemar esa energía.
No hay que evitar los carbos, sino que hay que aprender a usarlos. El evitarlos tendrá un efecto instantáneo en las reservas de grasa pero la mayor parte de este resultado se deberá a la restricción de calorías cuando comemos así. Esta forma de dieta no se puede sostener en el tiempo y la historia termina en mayor peso adquirido una vez que se reintroducen los carbohidratos. Así que no veas a los carbos como enemigos, amigate con ellos.