¿Cómo aprender a vencer el miedo? ¿Cómo evitar que nuestros temores nos paralicen, impidiendo que lideremos nuestras propias vidas? Cada vez que cae en mis manos un texto como el que vas a leer hoy en LMDM pienso lo mismo, ¿quién necesita un libro de autoayuda pudiendo inspirarse en lo que grandes escritores como Ernest Hemingway dejaron escrito?
Los autores así de enormes son verdaderos filósofos, mentes sabias que nos facilitan la comprensión del mundo y nos ayudan a hacernos las preguntas correctas. Son compañeros imprescindibles para cualquiera que se halle en la búsqueda de respuestas. Una labor que los exploradores vitales nunca dan por finalizada.
Hoy el autor de El viejo y el mar y Por quién doblan las campanas comparte con nosotros la identidad de los demonios que le atormentaban -que podrían ser también los que nos persiguen a ti y a mí- y nos muestra cómo encontró dentro de sí mismo el arsenal para hacerles frente, disparándoles justo en el centro de su poder. Al fin y al cabo el novelista de Illinois (EEUU) era un magnífico cazador.
¿Venció Hemingway sus temores? Tal vez sí durante un tiempo. Pero un día de verano ni siquiera sus propias afirmaciones pudieron salvarle y el miedo le ganó al fin ese pulso que llevaban décadas echándose, convenciéndole para que se quitara la vida.
Para vencer al miedo hay que echarle, sobre todo, coraje. "Ese es el verdadero milagro (...) Huir jamás te acercará ni un solo paso a la vida que te mereces vivir". La vida hay que ganársela, "con lágrimas y sudor, con dolor, sufriendo, con asombro y belleza, con perseverancia y elegancia".
"Tenemos miedo, vivimos con ansiedad, con preocupación. Muy en el fondo sabemos que todo está mal. Social, económica, cultural... espiritualmente".
Pero tendremos que ser valientes. Y quien no lo haga así se arriesga a recibir cualquier día de estos en su casa el carnet para pertenecer a la generación estúpida de la que se habla en el artículo del que he extraído las frases anteriores.
Vencer el Miedo Sin Libros de Autoayuda
"Temía estar solo, hasta que aprendí a quererme a mí mismo.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que
únicamente fracaso cuando no lo intento. Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinan. Temía que me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mi mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer. Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras. Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo. Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia. Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo. Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día. Temía al pasado, hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no puede herirme más. Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella. Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar. Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más. Hay que vivir plenamente porque la vida pasa pronto." Ernest Hemingway¿Pueden los grandes autores ser a veces más útiles
para vencer nuestros miedos que los libros de autoayuda?
Foto: Maurice van Es