¿Estás al tanto de todas las novedades que aparecen en el mercado? ¿Te cuesta llegar a fin de mes porque con frecuencia haces compras que no habías planificado? ¿No sabes resistirte a las ofertas? ¿Sueles arrepentirte de esos “excesos” pero vuelves a caer una y otra vez?
En definitiva… ¿Te consideras un comprador compulsivo?Vivimos en una época en que las empresas necesitan vender a toda costa, no en vano el puesto de vendedor o comercial es el que más a menudo vemos en las ofertas de empleo… Y las técnicas de marketing son cada vez más audaces, la publicidad más atractiva: por todas partes nos llegan sus mensajes.¿Cómo nos convencen?Estas son las cinco técnicas básicas de cualquier vendedor. En cuanto las leas, trata de analizar en cuántas ocasiones has sido la “víctima” de cada una de ellas:AVIDEZ. Consiste en ofrecer muchas cosas a cambio de muy poco. Como cuando nos dicen: “fíjese en todo lo que lleva incluido en el precio”, “si llama ahora le enviamos no sólo uno sino dos, uno para usted y otro para un amigo”INDIFERENCIA. El vendedor te dice “haga usted lo que quiera”, dando a entender que le da igual que compres como que no; como si el producto estuviese lo bastante solicitado como para no necesitar convencerte de su valor.URGENCIA. ESCASEZ. El vendedor nos indica que quedan pocas unidades. En la tienda se muestran las estanterías y percheros medio vacíos para crear la sensación de que “se lo llevan de las manos” y has de apresurarte para no quedarte sin nada.FACTOR OVEJA. El vendedor recurre a la envidia, a la imitación: si los demás lo tienen, tú no quieres ser menos. Sobre todo si determinada celebritie promociona el producto, y tú quieres ser tan “it” como él o ella¿Cómo enfrentarte y mantener tu independencia?En primer lugar, piensa que todo vendedor está, o debería estar, preparado para una negativa; de manera que no te sientas obligado a comprar. Piensa que, de alguna manera, estás negociando con él, que él ha de exponer sus argumentos y tú has de evaluarlos de forma racional.Plantéate preguntas como estas: 1º.- ¿Se corresponde el precio con lo que vale el artículo? 2º.- ¿Encaja en mi presupuesto?3º.- ¿A qué otras cosas debo renunciar para adquirirlo?4º.- Esas otras cosas a las que debo renunciar ¿son más o menos importantes? 5º.- Si me salto el presupuesto ¿qué problemas me acarreará? 6º.- Y lo más importante: ¿Lo necesito? ¿Para qué me sirve? ¿No tengo ya algo que me cumpla esta función y a lo que quizás no esté sacando todo el partido? ¿De verdad este nuevo artículo tiene algo diferente que lo haga imprescindible? Por último os voy a dar Un truco que a mí me funcionaDejo el artículo en la tienda, me voy para mi casa y no le doy más vueltas. Si en unos días no vuelvo a acordarme del artículo en cuestión, entonces es que realmente no me hace falta. Algunas veces vuelvo a acordarme meses después y entonces sí, entonces le doy una oportunidad en las rebajas. Pero la verdad, os aseguro que las más de las veces al día siguiente “si te he visto ni me acuerdo” ¡A veces ni me acuerdo ya en cuanto piso la calle y doblo una esquina…!
Y por si esto no os basta, terminaré este post con esta cita "suavizada" de la película "El club de la lucha"que también puede ayudaros a ir un poco más allá a la hora de evaluar hasta qué punto esta sociedad de consumo nos convierte en personas manejables y poco libres...