50 mujeres en riesgo de exclusión -con discapacidad, mayores de 45 años desempleadas de larga duración, con responsabilidades familiares no compartidas y/o víctimas de la violencia de género o en grave situación económica- han participado en un Taller de Imagen impartido por consultoras expertas de la Fundación Adecco.
La formación ha constado de una primera parte teórica, en la que se han analizado los aspectos básicos para causar buena impresión en las entrevistas laborales: mirar a los ojos del interlocutor, proyectar confianza y seguridad a través del lenguaje no verbal o escoger la vestimenta adecuada.
¿Cómo vestir para una entrevista?
¿Qué es lo que no debe faltar en el armario de una mujer para una entrevista de trabajo? Las expertas de la Fundación Adecco lo tienen claro: hay que apostar por líneas básicas, nada recargadas, pero sin renunciar a la elegancia.
Algunas de las pautas esenciales de este dress-code son las siguientes:
– Un pantalón negro tipo traje o falda con largo adecuado (a la altura de la rodilla) resulta muy profesional.
– En la parte de arriba lo mejor es optar por camisa o blusa acorde con el color y estilo del pantalón o falda.
– Los zapatos mejor clásicos, preferiblemente cerrados y no muy altos.
– Reducir al máximo los accesorios (collares, pulseras, broches) que nos podrían dar un aspecto recargado si no están perfectamente seleccionados.
– En la misma línea, el maquillaje debe ser muy discreto: huir de sombras de ojos de colores y no pasarnos con el rimmel. Los labios mejor al natural.
– El cabello puede estar suelto o recogido, pero lo importante es que resulte limpio, peinado y profesional.
– Si usamos perfume, que sea de una fragancia suave y discreta.
– El bolso de tamaño mediano y de tonos oscuros (negro, marrón, gris) siempre en consonancia con el color de nuestra ropa.
– Si llevamos nuestro currículum en mano, hacerlo en una carpeta discreta o en un maletín.
– Los tatoos y piercings siempre ocultos, por prudencia.
– Y por supuesto, toda la ropa ha de ir perfectamente planchada, pues las prendas arrugadas causan muy mala impresión.