Revista Infancia

Cómo y por qué los niños nos manipulan

Por Amormaternal

Carlos González: Cómo y por qué los niños nos manipulan
Hoy quiero compartir con ustedes otro trozo de la charla del pediatra Carlos González a la cual asistí el año pasado. En esta ocasión, nos habla acerca de cómo y por qué los niños nos manipulan, no me malinterpreten, no es la manipulación de la cual solemos oír hablar, aquella que tiene una connotación tan negativa e irrespetuosa hacia los niños...
Comienza mostrándonos una diapositivas en las que una madre inglesa juega con su bebé, y narrándolas:

"Esta es una niña que es inglesa y su mamá le dice: "Pretty baby! Pretty baby!", y la niña, aunque la madre no se dé cuenta, está bailando al ritmo de lo que la madre canta. ¿Qué efecto tiene esto sobre la madre? Que se le cae la baba. No se da cuenta conscientemente de que está haciendo esto pero tiene un efecto. De hecho se ha demostrado que los niños ciegos sufren más malos tratos que los niños que ven. (La mayoría de las madres de niños ciegos no los maltratan, lo que quiero decir es que en vez de 1 entre 1000, son 5 entre 1000, sigue habiendo 995 que no los maltratan pero 1 es 5 veces más de uno. Me invento las cifras porque no sé cuáles son exactamente, pero es para ilustrar el ejemplo.)
Es un hecho, y se ha demostrado en estudios, que los niños ciegos sufren más malos tratos y se cree que es porque no reaccionan igual a la madre. Porque esa madre no siente del mismo modo que su hijo está por ella, que la mira, que la sigue, que responde a lo que ella hace, que sonríe cuando ella le sonríe. De alguna manera te cuesta más creer que tu hijo te quiere. Claro, la mayoría de las madres tienen una educación, tienen una cultura, tienen unas convicciones éticas, saben que es su hijo, saben que tienen que cuidarle muy bien y le cuidan muy bien, pero en algunas circunstancias un poco límites pues ese hecho de que el niño sea simpático y te caiga bien, o de que esta niña no te sonría ni te haga nada puede ser la diferencia entre que lo trates bien o no. "


Continúa mostrando otra imagen, en la que un abuelo juega con su nieta recién nacida, y explica:

"... Más difícil todavía, una niña que tiene menos de 10 días está riendo porque está jugando con su abuelo. Por supuesto no sabe que es su abuelo, esta niña haría lo mismo con cualquier persona que se le acercase.  El abuelo, que también tiene el instinto "abuelar", se pone a la distancia adecuada. Los recién nacidos ven bien, pero ven bien a un palmo de distancia.  Lo que está más lejos lo ven borroso. Porque lo que está más lejos, no necesitan verlo, lo que necesitan es ver a su madre cuando están en brazos. El  abuelo se pone a la distancia adecuada, mira a la niña a los ojos, la niña lo mira a él, y el abuelo inicia un juego  con el dedo como diciendo: "venga, agarra el dedito". (Como hay una raya en la colcha, podemos ver exactamente quién se mueve y quién no se mueve.)
El abuelo pone el dedo, la niña obedeciendo al abuelo, mueve el brazo, el abuelo como está jugando, retira el dedo, la niña sigue moviendo el brazo. El abuelo se deja ganar, faltaría más, y la niña le coge el dedo. Y ahora observen qué hace la niña espontáneamente, agita el brazo como diciendo: "venga abuelo, otra vez". A partir de ese momento, la niña da las instrucciones y el abuelo obedece, y aún no tiene 10 días. Fijaos dónde tiene el dedo el abuelo. El abuelo obedeciendo a la niña mueve el dedo otra vez más allá de la raya, ella vuelve a levantar el brazo, el abuelo lo vuelve a retirar un poco, la niña lo vuelve a agarrar. Y así seguirán hasta que se canse uno de los dos. "

Seguidamente, el Dr. Carlos González nos explica su concepto de manipulación, como siempre, desde una óptica respetuosa hacia los niños y su naturaleza:

"Luego nos dicen que los niños lloran para manipularnos. Cualquier niño que se precie puede manipularnos sin necesidad de llorar. Ni siquiera necesitan reír. Los niños de menos de 10 días no saben siquiera sonreír, sin embargo saben dar órdenes, como esta niña a su abuelo, y a los padres y a quien se le ponga por delante.
Y es que  la palabra manipular ha caído un poco en descrédito,  cuando nos dicen que los niños nos manipulan, que son manipuladores y parece que estuvieran hablando del científico loco que quiere dominar el mundo. Pero manipular no significa eso, manipular significa hacer cosas con las manos.  Tú cuando vas a un restaurante esperas  que el cocinero  tenga el carnet de manipulador de alimentos, tú no dirías: "no, no, a este restaurante no voy porque son unos manipuladores.". Tú quieres que sean manipuladores profesionales de alimentos.
Todos sabemos que hay que manipular cosas para sobrevivir, tenemos que llevarnos la comida a la boca, tenemos que limpiarnos, tenemos que protegernos, tenemos que vestirnos, pero los bebés no pueden hacer todo eso. El bebé humano es completamente indefenso. No puede llevarse la comida a la boca, no puede vestirse, no puede limpiarse, no puede moverse de un sitio a otro, no puede siquiera espantarse una mosca. Y sin embargo, sin todas esas cosas se moriría en pocos días, por lo tanto necesita  que alguien manipule todo eso en su lugar. Y ese alguien normalmente es la madre. Lo políticamente correcto sería  decir "los padres", pero vamos a reconocer el mérito a quien realmente lo tiene, que por lo general es la madre."


Y finaliza recalcando por qué los niños manipulan a los adultos que tienen a su alrededor:

"El bebé manipula a los adultos para que los adultos manipulen el mundo y de esa manera puedan sobrevivir, no manipulan al adulto porque se aprovechan de ti, porque es un malvado, porque es un perverso, porque te quiere tomar el pelo. Manipula porque si no pudiera manipular se moriría sencillamente. "


¿Y ustedes qué opinan? ¿Ese era el concepto de "manipulación" que tenían antes de leer este artículo, o ahora la ven con otros ojos?
charla de Carlos González, dictada en Can Fabra, en Junio de 2010
Carlos González: Los límites y la edad del "no"
Carlos González: ¿Por qué los niños lloran cuando se va mamá?
Carlos González: ¿Por qué los niños piden brazos?
Carlos González: Educación y crianza respetuosa Iy II
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Entre tu pediatra y tú
En defensa de las vacunas
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