Revista Tecnología
Sabemos que hay infinitos tipos de relaciones: familiares, amistosas, laborales, de pareja, etc. Para este articulo, pondré foco en algo específico en las relaciones de pareja, con el objetivo de invitar al lector a reflexionar.
Una de las cosas que una relación de pareja pide, es la CONFIANZA. Necesitamos confiar en el otro, y necesitamos que el otro confíe en nosotros.
¿Me refiero a la confianza respecto del engaño?... si, me refiero a eso, y también a muchas otras cosas en las que la confianza está incluida, o mejor dicho, que la confianza engloba.
La confianza se construye. Es uno de esos puentes que unirá a ambas personas. Esto es bueno, principalmente cuando las personas involucradas son gente con principios y valores que sostienen relaciones limpias, fluidas, firmes.
Sin embargo, es posible que ser excesivamente confiable pueda resultar en un arma de doble filo, si hay cuestiones que no se tienen claras.
¿De qué estoy hablando se preguntará Usted?Simple. Si yo soy una persona totalmente confiable, y mi pareja lo sabe, lo comprueba, y hasta comienza a apoyarse en esa confianza, es posible que esa otra persona encuentre ahí un “lugar comodo”, tan comodo que se adormezca y pierda conciencia de lo que el otro necesita, o de lo que la pareja necesita.
Esto es: la otra persona es tan tan tan confiable, y tengo tal certeza de que nunca hará nada malo, que “esto funciona solo y no requiere tanta atención de mi parte”, trasladándole a esa otra persona, toda la carga y la responsabilidad de que esto siga por buen camino. No es que lo hace a propósito, simplemente puede suceder. Algo asi como plantar una planta y dejar de regarla porque confío en que seguirá creciendo sola, por si misma.
Caer en ese lugar “comodo” puede traer diversas consecuencias hacia la pareja misma. Por ejemplo, la otra persona puede sentirse totalmente sola cargando un peso que no imaginó, o bien puede entender que ya no es importante porque no le estamos dando atención, o que la pareja ya no es importante. Estas son algunas de las posibilidades, aunque seguramente hay tantas como personas hay. Lo que interesa es que aquí las cosas comienzan a distorsionarse, entrando en un ciclo de “adaptaciones” y “parches” para sostener su funcionamiento.
¿Qué podemos hacer al respecto?Hay muchas acciones que se pueden tomar al respecto, tanto sea usted la persona “confiable”, como también la que “está confiando en el otro”.
+ Establecer y mostrar limites: “Doy hasta acá, pero mas que esto no puedo” (transmitiendo la idea de "tengo un limite, no doy todo pues necesito preservarme)
+ Pedir explicitamente compromiso a la otra parte: “Esto es lo que puedo poner en la pareja, ¿a que te comprometes vos? (Relacionado con el punto anterior, y escuchando atentamente al otro en lo que quiere comprometerse)
+ Principio del Dar y Recibir: “Evitar dar todo el tiempo, dando lugar al otro a que registre su propia necesidad, y/o darle la oportunidad de dar, para que se produzca un intercambio”. (Observar que este principio NO es “dar para recibir”, sino “dar y recibir”)
La comodidad trae como consecuencia la in-accion, la no-creatividad, y el acostumbramiento… cosas que no son benefactoras en las parejas.
La confianza es un puente que une dos bordes, dos orillas, y ese puente se construye de a dos y se encuentran en un punto medio. Si Usted se encuentra construyendo todo el puente por si solo/a, entonces puede ser una buena posibilidad de revisarse.
Si algo no es bueno para usted, tampoco lo es para la otra parte. Esta es la ley del Uno, y se cumple aunque no nos demos cuenta.
Hasta la próxima. Alejandro Juroczko
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