Para denunciar una situación ¿todo vale?
¡Hola de nuevo! Tanto tiempo sin actualizar el blog me hace pensar que se me han atrofiado las ideas… jeje, pero no, tan sólo llevo una gran temporada con otras prioridades, de esas que patalean, balbucean, lloran y te llenan la ropa de babas 😛
A pesar del parón, no he dejado de estar activa e informada de las cosas que se cuecen en el ámbito de la selección y en el inmenso mundo de Linkedin (mi gran casa, mi mano derecha a la hora de buscar y localizar talento).
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Cada vez me sorprendo más al ver las cosas que comparte la gente en general. Dejando a un lado las imágenes de retos matemáticos, frases motivadoras e incautos que caen en la famosa trampa de “déjame tu mail en abierto que te mando un archivo excel mega-chulo”, he podido leer más de una queja amarga de compañeros de Selección que han vivido una situación complicada con algún candidato.
¿Tu trabajo es un inmenso remanso de paz y armonía?, ¿a que no? Pues eso. Todos tenemos nuestros más y nuestros menos en nuestro empleo. Lo ideal sería que toda la jornada fuese como la seda, pero amigo mío, muchas veces el día se complica y toca gestionarlo de la mejor forma. A ser posible manteniendo la calma y cordura.
¿Por qué digo esto? Sencillamente he visto que se ha generalizado la moda de publicar conversaciones o mensajes privados con candidatos para denunciar de forma pública una actitud no adecuada de estos últimos (a juicio del responsable de Selección). Siempre se ha ocultado la identidad del candidato en cuestión, pero me pregunto hasta qué punto, un mensaje que has enviado en privado puede hacerse público con el objetivo de “echar la bronca” o buscar la aprobación de colegas.
No entro a valorar si realmente el responsable de Selección tiene razón o no en su amarga queja, pero creo que se está haciendo un flaco favor a la relación candidato-seleccionador de cualquier proceso de selección. Esta relación es de igual a igual. Debería estar basada en el respeto mutuo. Y si uno tiene quejas, la otra parte seguramente también las tenga.
En vez de tomar las armas y hacer dos bandos enfrentados “vosotros nunca respondéis a los candidatos”, “vosotros no mostráis el suficiente interés en las ofertas de empleo”, ¿qué tal si dialogamos para mejorar los procesos de selección, y que todos los implicados estén contentos?
Si empezamos a quejarnos amargamente los unos de los otros os aseguro que no avanzamos. No tiene sentido. Y saltarse la privacidad en una conversación que era privada es un paso que no me gusta, y que por desgracia se está extendiendo por la red.
Respetemos y dialoguemos 😉