En mi segunda estancia en Japón me relacione mucho mas que en la anterior, supongo porque me encontré con las personas adecuadas. Tenia a Manuel el compañero de escuela español con el que investigamos un poco mas Tokyo. Algún día se nos añadió Andre, el sueco de la residencia y compañero de clase. Justamente con ellos dos un día fuimos al restaurante Lockup del cual relate mi experiencia en este post. Andre no era mal chico quizá su carácter era diferente por ser sueco, y parecía que mas que invitarle a que se viniera con nosotros le estaba obligando a hacer algo que no quería, como me paso la vez que le dije si quería venir con nosotros al Lockup, pero luego se divirtió mucho y incluso me dio las gracias por contar con el para ir allí.
Manuel (de espaldas) y Andre encerrados en el LockUp
La llegada a mi clase de Carmen una española que residía en Tokyo propicio que empezáramos a conocer a otros compañeros de clase como Chorai la chica china con la que había empezado el curso o Park una Koreana muy simpática junto con Andre y alguna que otra compañera los periodos entre clases eran mucho mas amenos.
De hecho incluso montamos una cena en la que a parte de estos compañeros de clase también vinieron Manuel, Yuka y Kaori una amiga de Yuka que hablaba español . Comimos Shabu-Shabu cerca de Kabukicho en un Izakaya y lo pasamos muy bien.Me pareció curioso reunir a personas de diferentes nacionalidades de Asia (China, Korea del Sur y Japón).
Manuel tuvo que volver a España ya que su plan era estar dos meses estudiando en Tokyo, el tiempo había pasado volando para todos. Cuando se fue Manuel me sentí como cuando se fue Angel, perdía a un compañero de peripecias por Tokyo a partir de ahora me tocaba seguir solo, aunque tenia amigos como Nao o a Yuka ellas no estaban interesadas en conocer mas Tokyo.
Con Manuel viví algunas aventuras divertidas en Tokyo, sobretodo me acuerdo de la vez que quisimos subir al mirador del edificio Sunshine en Ikebukuro que pensábamos que era gratis y nos metimos en los ascensores de las oficinas del edificio donde todos los trabajadores japoneses nos miraban con cara de WTF, para después de cambiar varias veces de ascensor descubrir que era de pago y que se tenia que subir desde la planta baja.
Edificio Sunshine (Ikebukuro)
Un error divertido que trajo muchas carcajadas pero que seria imposible de cometer con un japones.
Continuara