Acabo de terminar un interesante libro de relatos de Cristina Cerrada, que se titula Compañía y que fue publicado por el sello Lengua de Trapo después de que obtuviese el premio de narrativa Caja Madrid. En sus páginas me he encontrado con todo tipo de personajes singulares, que han capturado mi atención y me han conseguido intrigar: un acosador que se obsesiona con el control de su vecina Dana; un quinceañero que tras sufrir el abandono de la figura paterna se tatúa un lobo en el pecho; un recién divorciado que se entera de que la nueva pareja de su exmujer va a sufragar la estancia de sus hijos en un colegio extranjero (que él no podría pagar); una muchacha que se entera por teléfono de la muerte de su abuelo y decide cumplir una promesa que le hizo; una mujer que, mientras convive con su marido y con su suegra, se obsesiona con la idea de que las hormigas están invadiendo su casa; un hombre al que la policía acusa del asesinato de su familia y que arguye con firmeza que se trataba de extraterrestres… Son muchas figuras, colocadas en un buen número de situaciones distintas, que nos revelan las mil facetas del espíritu humano, capaz de luces y ciénagas, de soledades y heroísmos, de mezquindad y de esplendor.
Creo que se trata de una autora a la que querré volver, después de dos experiencias lectoras satisfactorias, para comprobar si otro de sus libros me interesa tanto como este. Algo me dice que lo más probable es que sí.