Revista Coaching

Compartir emociones (I)

Por Mbbp

COMPARTIR EMOCIONES (I)

Tal vez lo único que he logrado aprender en todos esos años pasados en mi vida es a compartir emociones. Sin duda, es todo un logro! ¿O no lo es? Estamos en un mundo que, a decir por los resultados y efectos, resulta difícil y al parecer arriesgado compartir algo tan importante de nosotros mismos, con los demás. Cada uno guarda para sí sus más profundas emociones y las disfruta en la soledad. La verdad es que apenas se exponen. Preguntamos a los demás cómo están, cuando nos encontramos por la calle de cualquier ciudad. Pero nos importa poco lo que nos digan, es una expresión de pura educación y cortesía; nos damos la mano al saludarnos o nos besamos y no transmitimos emociones en esos maravillosos gestos de amistad…

Cada uno de nostros guarda para sí mismo lo mejor que tiene, sin compartirlo con los demás. Quizás por miedo o por el que dirán. Cada quien permanece frío, distante y separado de los demás, seguramente para protegerse y no resultar herido una vez más! Y este nuestro mundo que nos rodea no es más que la suma de esas personas distantes y frías que se protegen ocultando lo mejor de ellas mismas. ¿Y es este mundo dominado por el miedo a ser, sentir y a compartir -que hemos creado todos nosotros- donde pretendemos hallar el amor y la felicidad?

Han tenido que pasar demasiados años de mi vida para darme cuenta de que este mundo insano y pernicioso lo hacemos cada uno de nostros día a día, cada vez que nos negamos a sentir y compartir nuestras emociones! Hace años culpaba a mis antecesores, ya sean padres o abuelos o más allá del árbol genealógico, del mundo que nos habían dejado tras de sí. Hoy quizás ha pasado el suficiente tiempo como para haber llegado a ser por mí mismo un padre de los que había criticado, por haber tenido la llave del mundo y no haber hecho algo por cambiarlo! Espero que mi hija no piense lo mismo de mí que yo pensaba de mis padres! Hoy me doy cuenta de que está en mi mano lo que mi querida hija reciba de mí y de este mundo nuestro! Y, día a día, a mi manera, le doy lo mejor de mí e intento cambiar este mundo que no me gusta para que viva ella. Si lo lograré o no, el tiempo lo dirá…

Para cambiar y mejorar este mundo para mi hija lo primero que tuve que aprender a  hacer es sentir y admitir mis propias emociones y compartirlas con ella. Aunque también tuve que aprender a respetarle y aceptar que quizás no estaba preparada ni siempre dispuesta a compartirlas conmigo. Ella, como yo, es libre de sentir, aceptar y compartir sus emociones, conmigo! Aunque la verdad es que nadie en su sano juicio, buena salud emocional y que viva en el presente, niega el amor cuando se le ofrece y resuena en su interior, a no ser que tema al amor o a la vida… y se sienta amenazada por ellos. Gracias a Dios, los niños no tienen estos problemas de adultos que arrastramos la mala experiencia de la vida pasada y que nos impone el miedo a exponernos tal como uno es y siente, ante los que nos quieren de verdad! Quizás esto a lo que mal llamamos madurez es, precisamente, lo que nos priva de ser felices compartiendo lo mejor de nosotros mismos con quien más queremos y nos quieren…

Continuará…

 

VN:R_U [1.9.10_1130]


Volver a la Portada de Logo Paperblog