Desde que nuestros niños pisan el parque y adquieren un poquito de movilidad, los padres los machacamos con la lección del "compartir". Yo misma a mi Peque le he martirizado, porque allá en sus tiernos y difíciles 2 años, no compartía ni a tiros, era el niño más egoista del reino.
Pero no era solo él claro, ¡eran todos!. Y nosotros los padres, que empeño el nuestro, erre que erre con el compartir a pesar de que sabemos que esa es una dura fase de egoismo, autoafirmación y desarrollo.
Supongo que todos pensamos en que si va calando algo pues mejor que mejor. Y así cuando uno está en el parque (o sufriendo el parque, según como se mire), las conversaciones de fondo que oyes son de niños y padres con el mismo tema: "¡¡Fulanitoooooo!!, déjaselo que hay que compartir, ¡no seas terco hombre!". Y tras palabras similares o iguales a estas un sonoro llanto.
Este es el pan nuestro de cada día, llega la temporada primavera-verano de parques y jardines y no hay un solo día que no se presencie esta escena. Como diría mi madre "es ley de vida".
Pues bien, cuando los niños van creciendo y ya van superando sus 3 añitos y entrando en los 4, la lección se la saben al dedillo. Tanto repetir y repetir efectivamente cala. Los críos la teoría se la saben a la perfección, y ellos inteligentes donde los haya y ya creciditos, van haciendo su propia interpretación.
Escena típica entre una pandilla de niños de 4 años:
Niña 1: - Déjame el coche que tienes (y con el que estás jugando tu por cierto).
Niño 1: - Noooo, estoy jugando yo con él, coge ese otro ( y le da otro coche que está justo al lado).
Niña 2: -¡¡¡ Déjanos jugar!!!!
Niña 1: - No quiero ese otro coche, quiero ESE coche (mirando a Niño 1). ¡¡Hay que compartir!!.
Acto seguido a estas palabras Niña 1 arrebata de la mano de Niño 1 el coche y sale corriendo veloz mientras grita:
- No seas egoista, hay que compartirrrrrrrr.
Fin de la escena.
Nota: Los sucesos y conversaciones descritos son absolutamente verídicos. Cualquier parecido con la realidad o hechos acaecidos en otro parque son pura coincidencia.
Niña 1, que tiene su guasa, ha decidido que compartir es: yo me apropio de lo que me viene en gana, cuando me viene en gana, y si hace falta quitarlo de las manos a otro niño, lo hago y punto. Y esta santa criatura dice que eso es compartir, como digo, ¡ole su guasa!.
Cada niño hace su propia interpretación en el parque, aunque sí es cierto que ya se comparte con más facilidad que hace un tiempo, las peleas que hay son muy leves y no duran mucho,las relaciones son más fluídas y hacen pandilla. Son todo ventajas, esa es la verdad.
Ahora solo falta que cada padre o madre explique a los churumbeles que aún no lo tienen claro del todo, el verdadero significado de compartir.
