Revista Cine

Compasión para todos

Publicado el 25 junio 2011 por Eugenioolivares
Compasión para todosEn ocasiones veo Westerns,... de buenos contra malos. Tanto los unos como los otros van sobre sus caballos, animales fieles, de gran nobleza, que esperan pacientemente a las puertas del Saloon a que su dueño se tome un whisky, juegue una partida de poker, y la líe.Pero sucede a veces que la suerte del noble bruto es adversa y, en alguna frenética galopada, se fractura una de las patas; sin remisión, el animal está condenado a una dolorosa muerte. El protocolo que se sigue es sobradamente conocido. No hay lugar para una falsa pena que sería cruel para el animal: el vaquero, con rostro resignado, saca su revólver, apunta al animal y, con un disparo certero y a corta distancia, pone fin al sufrimiento de la bestia. La audiencia entiende la acción del jinete, pues es un acto de compasión. Mi abuela materna tenía en su casa una perrita negra (bastante fea), que se llamaba Sandra. No recuerdo haber tenido trato alguno con ella, ni para bien ni para mal. Lo que sí recuerdo es que, al final de sus días, llena de achaques y sin apenas poder moverse, mis tíos pensaron en el modo de poner fin a la penosa vida de Sandra. Y yo me oponía, me daba pena. Me parecía una crueldad "pegarle un tiro" -como decía el marido de mi tía, criado en una casa-cuartel de la Benemérita-, o "echarle un 'higuillo'", o sea, una bola de carne con estricnina para matar perros. Al final Sandra sin ayuda, aunque entiendo que, de otra forma, sacrificar a la perrita hubiera sido la solución más apropiada.Estos días leo en la prensa que el gobierno se apresura a poner en marcha una ley llamada de "la muerte digna". Aún en fase parlamentaria, se ve que hay prisa por que esta ley esté servida, antes de que los españoles y las españolas les cerremos el chiringuito. Dª Leire Pajín, ministra de Sanidad, ha hecho un comentario que me ha traído a la memoria los recuerdos anteriores: "Desde el respeto profundo a todo el mundo, creo que no hay nada más humanitario, incluso más caritativo, que mitigar el dolor y el sufrimiento de una persona en los últimos días de su vida".Señora Pajín, con todos mis respetos hacia usted (que no hacia este planteamiento), matar a un caballo o a un perro para acabar con su sufrimiento es humanitario y compasivo. Pero matar a un ser humano es otra cosa.

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