Hola, en esta ocasión quiero hablarte brevemente de algo muy importante. Todos alguna vez nos hemos sentido insatisfechos con alguna parte de nuestro cuerpo. Usamos tratamientos, ropa específica, maquillaje, otros se pintan el pelo, en fin, mil maneras de “adaptar” esas imperfecciones. Pero si esa insatisfacción empieza a producir malestar, ansiedad, o te lleva al sufrimiento constante, intenso y frecuente, quizá estamos hablando de un complejo. Ahora, si este malestar o complejo lleva a la persona a realizar conductas de riesgo, que afectan su salud física o provoca alteraciones en su estado de ánimo, en sus relaciones y expone su integridad, quizá ese complejo se ha transformado en un trastorno llamado distorsión de la imagen corporal.
A continuación te explico ambos, para que puedas diferenciarlos y tomar las medidas correspondientes.
En un punto intermedio están los complejos. Hay personas que sufren diariamente, que no son felices por su aspecto o por alguna situación – real o no – de su físico. Esto los lleva a limitar sus relaciones o la manera en que se desenvuelven, pero aun hay un grado de control de su ansiedad y malestar emocional al respecto. Muchos viven vidas de éxito en otros ámbitos.
En el extremo peligroso encontramos ya a los trastornos de distorsión de imagen corporal y los alimenticios, pues en estos casos, las personas ya no perciben su cuerpo de una manera objetiva o real, la ansiedad los lleva a hacerse operaciones, vomitar, hacer ejercicio de manera compulsiva, a dejar de comer, etc., todo con el objetivo de eliminar su problema.
Esta es una manera muy general de diferenciar y detectar un problema con tu imagen corporal. Si sientes que algún ser querido o tu misma estás en alguno de ellos, es importante buscar ayuda YA.
Recuerda que el primer paso para transformar el cuerpo es transformar tu interior, quizá en el camino te des cuenta qué cosas realmente debes cambiar por tu salud. ¿Crees que podrías tener un complejo? ¿Qué piensas? Deja un comentario