Con la construcción del Edificio 1, el grupo Roche quiere reunir a la mayor parte de sus empleados, que actualmente trabajan en oficinas de alquiler diseminadas por Basilea, bajo un mismo techo en su sede empresarial. Este nuevo edificio albergará aproximadamente 2.000 puestos de trabajo de los diferentes departamentos, cuya reunión en un mismo edificio persigue la simplificación de los procesos de comunicación, la integración del personal y el fomento de la sinergia entre campos diferentes.
El Edificio 1 se proyecta para estos fines como un volumen de 41 plantas cuya organización interna expresa y potencia la comunicación entre departamentos, creando espacios de trabajo flexibles que se intercalan con espacios atractivos para los trabajadores. Este esquema (que se aleja de la típica torre monofuncional donde un núcleo central sirve de único acceso a cada planta) se desarrolla verticalmente mediante el apilamiento de forjados de diferentes tamaños dentro del volumen edificable de la parcela, lo que da como resultado una torre de 178 metros de altura que se va estrechando hacia la cumbre por el lado oeste. Los forjados se retranquean dos a dos en este frente inclinado para crear terrazas abiertas, mientras que la fachada este se levanta casi vertical con un ritmo de ligeros retranqueos cada tres plantas. Siguiendo los ritmos de estas fachadas se sitúan las zonas de comunicación con grandes escaleras en espiral, que se vuelcan hacia las terrazas y zonas de descanso, creando así puntos de referencia en el desarrollo de la torre para uso informal del personal. La estrecha crujía interior del edificio asegura una óptima iluminación de las oficinas, mientras que los espacios abiertos permiten la ventilación natural.
En la base se concentran las piezas de programa de carácter más público como un auditorio para 500 personas, el restaurante y salas de reuniones, que serán de uso común de todos los empleados y resultan así más accesibles a todo el campus. Estas zonas se envuelven en una piel de vidrio que forma un gran voladizo exterior sobre la entrada de la torre.
El perfil triangulado del edificio crea impresiones diferentes en función del punto de vista del espectador. Desde la distancia, simula una enorme cuña que se difumina hacia el cielo, mientras que desde el este y el oeste parece un esbelto prisma vertical o aterrazado, respectivamente, cuyos contornos se enfatizan con balaustradas blancas que recorren el perímetro.