En este post voy a compartir contigo una serie de reflexiones sobre completar-crear, el ciclo infinito de GTD, y también sobre sus implicaciones.
Yo le debo este descubrimiento a David Allen y reconozco que en un primer momento fui incapaz de vislumbrar la amplitud de su alcance.
Afortunadamente, sí intuí que estaba ante una reflexión de enorme valor, motivo por el que decidí profundizar en ella.
Ahora, unos años después, este trabajo sostenido de reflexión me ha permitido entender por fin su alcance e implicaciones y, con ello, dar un salto cualitativo en mi dominio de GTD®.
Mi intención es que estas reflexiones sobre completar-crear, el ciclo infinito de GTD, te resulten tan esclarecedoras y llenas de potencial como me resultaron a mí en su día.
Las grandes cosas ocurren por casualidad
En septiembre de 2018 tenía lugar en Ámsterdam el estreno mundial del curso de Formación GTD® oficial de Nivel 3, así como el primer curso de certificación para Master Trainers de este Nivel.
Contar, como es habitual, con la presencia activa de David Allen durante el curso es un verdadero lujo. Y poder escuchar sus reflexiones de primera mano, un lujo aún mayor.
En este caso, además, la ocasión era particularmente propicia para las reflexiones de alcance.
Acababa de terminar la GTD Conference, que incluía el lanzamiento del Nivel 3, y allí estábamos David y Kathryn Allen, Ana María González y una selección mundial de Master Trainers conviviendo durante 3 días completos.
Capturé un buen montón de «perlas». Una de las principales fue que «GTD is life design and implementation», sobre lo que ya he escrito en un par de posts.
La otra gran perla fue el continuo «completion-creation», es decir, completar y crear.
Si quieres leer un resumen que hizo el propio Allen unos meses después en una de sus newsletter, lo tienes aquí.
El continuo completar-crear
Comparto a continuación una traducción libre de la reflexión original de Allen.
«Parece que estamos aquí, en el planeta, para aprender cómo hacer y para hacer dos cosas: completar y crear. Somos responsables de lo que ponemos en marcha y necesitamos gestionarlo.
Completar significa conseguir el control sobre todo aquello en lo que hemos invertido nuestra atención y/o con lo que nos hemos comprometido.
Crear es enfocar proactivamente nuestra energía hacia resultados más amplios y enriquecedores.
Aunque ambos aspectos son primordiales, mucha gente podría hacer mejor la parte completar.
Nuestra personalidad cultural parece empeñada en la expansión ilimitada y no tanto en la limpieza. Pensemos a nivel macro en cómo nos enfrentamos (o mejor dicho, cómo no nos enfrentamos) al cambio climático y en el papel que desempeñamos en él.
En uno de mis momentos más sublimes de iluminación, hace muchos años, recibí un mensaje alto y claro de que no tenía que preocuparme tanto por «qué hacer con mi vida».
Ya había creado tanto que lo único que tenía que hacer era lidiar de la mejor manera posible con lo que estaba presente frente a mí, completándolo tan rápida y limpiamente como pudiera.
Que la cinta transportadora de la vida ya me entregaría la siguiente experiencia tan pronto como yo hubiera prescindido de la última.
Ha sido un buen consejo.
Cuando trabajo con personas para que cierren y completen todas las «cosas» que tienen en su escritorio, en su correo electrónico y en su mente, he visto —sin excepción— cómo estalla en ellas una energía creativa considerable».
Implicaciones de completar-crear en el día a día
Creo que voy a compartir mejor contigo mis reflexiones si utilizo una metáfora, así que imagina que tienes un caudal de creatividad, como si fuera un río.
Cada vez que comienzas un proyecto parte de tu caudal de creatividad se desvía del cauce central para hacer avanzar ese nuevo proyecto.
Igual que no todos los ríos llevan la misma cantidad de agua, no todos tus proyectos requieren del mismo caudal creativo para avanzar.
Si abres demasiados proyectos, el caudal creativo disponible para cada uno de ellos puede llegar a ser demasiado escaso como para hacerlos avanzar.
Cuando un proyecto se queda parado largo tiempo, el caudal creativo que ocupa no sólo deja de estar disponible para otros proyectos, sino que se queda estancado. Ya sabes cómo terminan las cosas estancadas.
Cuando completas un proyecto, el caudal creativo que estabas empleando para hacerlo avanzar se libera, reincorporándose de nuevo al caudal principal para poderlo aplicar a nuevos proyectos.
De manera análoga, cada vez que completas una acción, liberas parte del caudal creativo para poder hacer otras.
Alcanzas el aprovechamiento óptimo de tu creatividad cuando logras un equilibrio entre lo que creas y lo que completas.
Tres reflexiones extra para terminar
La primera reflexión es que la lista Algún día / Tal vez —esa que tanta gente confunde con «el cajón de los sueños perdidos»— es en realidad la mejor herramienta de que dispones para gestionar tu caudal creativo con efectividad.
Establecer un flujo bidireccional y fluido entre tu lista de Proyectos y tu lista Algún día / Tal vez es la manera idónea de asegurar que tu caudal creativo nunca se estanque.
También te puede ayudar usar una lista de proyectos on-hold. Ten en cuenta que ni los proyectos incubados ni los temporalmente parados utilizan caudal creativo.
La segunda reflexión es que cada vez que completas una acción, algo cambia en tu mundo, algo es distinto de como era antes de que la completaras; y también liberas caudal creativo.
La manera de que ese caudal creativo no se pierda es capturar bien. De ahí la importancia de aprender a que lo esperado también te llame la atención.
La tercera y última reflexión es que la creatividad se expresa haciendo, completando cosas. Los resultados que consigues haciendo cosas son la expresión de tu creatividad.
Espero que el post te haya resultado útil y, si te animas, me encantará continuar la conversación en los comentarios.
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