Durante el trabajo de parto y en el parto, se pueden presentar ciertas complicaciones que pueden arriesgar tanto la vida de la madre como la de el bebé. Con ésto no quiere decir que a todas las mujeres les pasa, pero siempre es bueno tener la mente abierta a que pueda ocurrir algo inesperado y que el doctor tenga que interrumpir el trabajo parto para tener una intervención rápida y eficaz como la cesárea para evitar daños en la madre y en el bebé.
Las complicaciones que se pueden presentar son:
- La no progresión del parto: Esto se debe a que las contracciones uterinas son muy débiles e irregulares lo cual no produce la dilatación cervical Esto generalmente se puede tratar con oxitocina sintética intravenosa o con prostaglandina en gel tópico cervical.
- El sufrimiento fetal: A ésto también se le llama “sospecha de pérdida de bienestar fetal” o “pérdida definitiva de bienestar fetal”. Esto ocurre cuando se presentan alteraciones en el ritmo cardíaco fetal. Para ello se monitoriza a la madre con una tococardiografía fetal la cual establece cierta relación de dos variables que son: la frecuencia cardíaca fetal y la frecuencia e intensidad de las contracciones uterinas. Otro signo de sufrimiento fetal es la aparición de liquido amniótico verdoso o meconio (heces del feto), el cual es expulsado cuando el feto circunstancialmente o de una forma crónica tiene un déficit en el aporte de oxígeno.
- La fiebre puerperal: Esto se debe a la suseptibilidad a las infecciones cuando la mujer tiene anemia o desnutrición.
En cualquiera de éstas tres complicaciones, se debe de acortar el periodo de dilatación, ya sea mediante fórceps, vacuum extractor o practicando una cesárea de emergencia.