(ME INCLUYO A LA VEZ COMO PERPETRADORA Y VÍCTIMA)
No voy a decir que en mis inicios no cometí alguno de estos errores (algunos los sigo cometiendo pero porque la burra siempre vuelve al trigo, nada más) pero hay días en que me levanto odiando hasta el reflejo del sol, y hoy puede ser uno de esos días. Se me triplica todo cuando encuentro en el inbox mensajes que pecan de alguna de las cosas que voy a mencionar a continuación. REITERO: No soy ninguna santa. Pero soy humana, soy indie, alguna vez estuve al principio de esta “carrera” y no sabía nada sobre etiqueta básica… ahora soy mejor persona. I swear.
Enjoy the rant, no sin cierto toque humorístico de mi querida Córdoba.
Vender el libro por lo que no es.
El primer, más patético y más repetido error de todos. Lo cometen mayormente los autores primerizos que escribieron su primer novela y creen que es lo más maravilloso que han hecho o lo mejor que existe. Yo también, cuando tenía 14 años, cuando terminé mi primera novela completa (de más de 150mil palabras) pensé que era una obra maestra… la agarré de nuevo hace poco y me quise morir. No, más bien, quise volver al pasado y zarandear de las orejas a mi yo de 14 años, pegarle un tiro y después zarandearla un poco más mientras se le escapa la vida de los ojos. Me gusta ver que he evolucionado un montón en los últimos 12 o 13 años, y ciertamente mi primer publicación no es mi primera obra, sino algo así como la octava o novena terminada. A lo que voy es a que nosotros como autores tenemos una visión poco realista de nuestro propio trabajo porque lo amamos y creemos que es perfecto; luego vienen las críticas y nos queremos morir.
Cuando vos decís que algo es verde y después te des cuenta de que todos los lectores te responden diciendo que “es azul” es porque en algo se la pifió. Prometer una aventura épica cuando no se mata ni una mosca, un romance desenfrenado cuando no se muestra una teta, o un viaje fantástico cuando la fantasía es un rejunte de elementos “inspirados” en otras cosas, todo eso es un tema. Vender humo es un tema.
Con el tiempo, uno se va volviendo más bohemio, más maduro, más autocrítico, más realista… o no. Da igual. Estamos todos al pedo.
La venta sin argumento alguno.
“Te gusta leer? Entonces lee mi libro, te encantará!”
Este mensaje me ha llegado ochocientas millones de veces por cuanta red social existe. Me hace preguntarme si quien elucubró esa magnífica estrategia de marketing es idiota o sólo ha nacido con medio cerebro -lo cual hace que me pregunte cómo puede usar las dos manos para teclear-. Inventé un filtro para saber si la persona detrás de ello es un ser inteligente o no: le pregunto qué le hace pensar que me gustará. La respuesta más factible de recibir es “porque es diferente”. Le pregunto por qué es diferente. Pueden dejar de responderte, pueden contestarte que leas la sinopsis o pueden decirte que le des una oportunidad. Le respondo que no nos conocemos de nada y no conoce mis gustos, por lo tanto no debería asumir que me gustará el libro sólo porque me gusta leer. A lo mejor a mí me fascina leer… manuales técnicos, no libros de texto. Ahí la cosa puede ponerse candente porque te pueden insultar. De mi parte, es un BLOCK automático.
Ya que se producen para salir de tapas, prodúzcanse un poquito más para vender su obra.
Enviar el libro sin que nadie lo haya solicitado.
Apología de la autopiratería. El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen, y lo que das sin que te lo soliciten, a veces es igual que darle margaritas a los chanchos. ¿Te creés que me vas a imponer un compromiso por mandarme todo el libro? No way. Todos tenemos libros que nos apetece leer más que el libro de un desconocido que no sabemos ni cómo escribe o el título no nos llama o la sinopsis no nos dice nada o… ¿me explico? No hagas eso. Es al pedo. En todo caso, formá una buena hoja de presentación y dejá un link para descargar un extracto, con eso debería bastar. La gente a la que de verdad le interese, le va a dar una oportunidad y te va a contactar. No impongas: invitá. Generá el interés, no intentes imponerte.
Usar imágenes con licencia privada para promocionar o hacer portadas.
Bueno, a mí me parece un tema delicado ya que puede tener problemas legales a largo plazo el utilizar fotos de actores, actrices, películas o juegos para promocionar algo que luego no resulta ser ni remotamente parecido.
Colgarse de la imagen de otra cosa no te va a garantizar nada.
Primero, das la impresión equivocada, y segundo, ¡PORQUE TIENEN COPYRIGHT, cabezas huecas, COPYRIGHT! Es una cosa por la que podés ir hasta preso si te agarran y no tenés cómo defenderte. Si estás en el mercado de lo original y de lo COMERCIAL, tenés que trabajar lo más original que puedas; comprá algunas fotos en una base de datos y nadie te va a venir a molestar. Si no sabés cómo se hace, consultá con un diseñador o mejor, CONTRATÁ A UNO que le haga una imagen PROPIA Y ESPECTACULAR a tu obra. Una buena portada paga mucho y a veces hasta disfraza el contenido.
Una cosa es un dreamcasting tonteando con las amigas y otra cosa es usar imágenes sin permisos oficiales ni disclaimer en algo por lo que cobrás. Ojito con eso.
Exagerar.
LA MEJOR NOVELA DESDE DON QUIJOTE DE LA MANCHA.
Haceme el favor de irte BIEN a cagar. Eso no te lo cree ni tu vieja.
Exigir o demandar.
No veo que me pagues por hacer esto, so… *hit DELETE*
Poca humildad.
Si sos indie, definitivamente no sos un capo de los capos. Podés ser muy buen escritor, pero la gente no te reconoce como capo a menos que tengas legiones de seguidores o te respalde una editorial y aparezcas hasta en la sopa -pero patrocinado por la editorial, porque si no, sos un spammer de mierda y todos te odian-. No vayas por la vida pretendiendo que te adoren. Eso no va a pasar, sos un pibe o una piba como cualquiera de tus lectores, porque vos también tenés ídolos… que seguro son exitosísimos y todo eso. Tranqui, que el camino a la cima es largo y es más fácil bajar que subir; alimentá tu cuerpo y tu mente, no tu ego.
Esconder, recriminar, flaggear o flamear reseñas negativas.
Un libro sin reseñas negativas es SOSPECHOSO. Recuerda eso. Las grandes editoriales en EEUU le pagan a clickfarms para que sus usuarios falsos de Goodreads pongan tanto calificaciones buenas como malas a sus libros, así el público siente que las calificaciones son, de alguna manera, legítimas. Las reseñas negativas no deben ofender ni tampoco desanimar -a menos que sean faltas de respeto lisas y llanas al autor o a su obra, en cuyo caso Goodreads tiene un buen sistema de flag contra ataques personales o gente maleducada-.
MENTIR.
Odio esto. Lo odio.
No mientan, NO MIENTAN! No necesitan prometerle la luna y las estrellas a sus potenciales lectores, porque la mentira tiene patas cortas! Si los calan mintiendo, su credibilidad como autores no dura nada.
Los que arman bardo.
Todos conocemos a uno. Absolutamente todos. ¡Tiren la piedra sin esconder la mano!
Spammear.
No me mandes quinientos emails, tweets o privados por facebook ofreciéndome tu libro. Te voy a prender fuego si te agarro. Detesto ver tus posts cada veinte minutos. El tema es que el unfollow o el block no sirven de nada porque te retwittea o comparte gente que conozco y por eso te sigo viendo hasta en la sopa. BASTA. CORTALA. ¡PROGRAMÁ LA PUBLICIDAD! ¡SÉ ORGANIZADO/A!
El autor stalker que no te deja en paz.
Yo soy una persona tremendamente solitaria. No me gusta que me rompan las pelotas, y menos un colega autor con un libro que acepté leer cuando tuviera tiempo y ganas. No me gusta que me anden stalkeando o preguntando qué me parece tal o cual cosa cada vez que pongo un estado en Goodreads. Y definitivamente no me gustan los autores que, pasada una semana sin novedades de mi reseña o comentario, me preguntan qué estoy haciendo que no les he pasado la reseña todavía. Este tipo de cosas hacen que me ponga de muy mal humor, por eso evito hacérselas a otros.
La gente no se rasca el higo todo el día. Habrá los que sí y se leen siete libros en una semana, pero yo soy una laburante que de pedo lee tres libros por mes, y eso si estoy muy entusiasmada. El año pasado completé mi reto de 50 libros de Goodreads HACIENDO TRAMPA, metiendo cuatro o cinco libros que había leído hace mucho y me acordé que estaban en mi haber. Un desastre.
No elegir el sector del público correctamente.
Hay muchísima gente a la que no le interesa -REPITO, NO LE INTERESA- leer tu libro, y son los que te van a hundir si sos hinchapelotas y los bombardeás con spam. Buscá gente a la que sí le pueda interesar. Hacé las tareas. Es un trabajo de hormiga y en el 80% de los casos nadie te da bola, pero los pocos que sí tienen interés y te contestan son personas que van a estar de tu lado siempre si sos profesional con ellos.
No aceptar un no por respuesta.
¿Cuántas veces te tengo que decir que NO QUIERO LEER TU LIBRO? Aceptalo. Hay millones de bloggers en el mundo, hacé un buen filtro de público y probá de nuevo. Es como el café de la mañana, que tiene sabor a medias sucias si lo filtraste con un filtro que está tan sucio como las medias de fútbol de tu hermano. Hay que laburar un poquito para ver resultados, no stalkear y acosar a la gente.
No ofrecer nada a cambio.
Leerte debería ser mi privilegio, no? NO. No es así. El privilegiado es el autor, que siendo independiente, tiene que agradecer que la gente le dé bola. No somos astros. No da para hacer la gran Justin Bieber y escupirle a los lectores en la cara una cosa así, esperá a ser George Martin o JK Rowling antes de ponerte en plan diva. Si creás una interacción con la gente, podés generar algo interesante y vas a ver que el feedback mejora.
El DIVA acting.
“Usted no entendió mi libro, por lo tanto su opinión no es válida.”
Se rifa una piña y esta persona tiene todos los números, ya le digo.
No prestar atención a lo que se está haciendo.
Otra forma de maileo descarado a cuantas direcciones puedo meter en el asunto del gmail sin que me explote en la cara el control de spam. Yo lo hice alguna que otra vez, y está mal. Mal, mal, mal, MAL.
No entender que si al lector algo no le gustó, no tenés que reclamarle ni explicarle un carajo, ya está.
Lo hecho, hecho está. Hay que prestar atención a los patrones de respuesta y empezar a pescar lo que tienen en común las reseñas para encontrar los puntos fuertes y los puntos flacos. Listo, con esto ya no podés hacer nada, pero a lo mejor en el próximo proyecto lo podés encarar mejor y corregir esos problemitas.
Live. Love. Write. Repeat. Todo es ensayo y error en la vida. ¿Con cuántas de estas cosas te has encontrado?
Humor y buena onda sobre todo, gente, ustedes saben que no soy dueña de la verdad porque digo cualquier pavada. Yo me divierto mucho haciendo estas cosas :P La semana que viene, un rant sobre los comportamientos que odio de los bloggeros. Sí, porque hay palo para todos. Se les quiere, besos grandes!
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