Composición de una fotografía culinaria. Paso a paso

Una de las principales preocupaciones de cualquier fotógrafo culinario, es la composición de sus fotografías. Si queréis conocer el proceso, paso a paso, seguido por una servidora para componer una de sus últimas fotografías culinarias ¡Continuad leyendo!

Cuando compongo una fotografía culinaria me tomo mi tiempo. Soy lenta, lo sé, pero no puedo resistirme a la enorme tentación de intentar conseguir una composición lo más atractiva y correcta posible.

En el siguiente collage, veréis el proceso, paso a paso, para llegar a la composición de la fotografía de los ingredientes de un Red Velvet, que encontraréis al final de esta entrada. No he hecho ningún recorte en las imágenes, pero sí algunos pequeños ajustes de iluminación.

Sé que os podrá ayudar a muchos de vosotros, así que a riesgo de que me odiéis de por vida, por tener que ir de arriba a abajo un montón de veces, debajo del collage encontraréis la explicación de cada paso dado, con su numerito correspondiente.

1. Comienzo situando los ingredientes que voy a utlizar en mi Red Velvet (solamente algunos, no todos) siguiendo un esquema de composición triangular. Armonioso, agradable a la vista, y centrando la atención en el sujeto. He tomado la precaución de coordinar el color rojo de los boles, la tapa del bote del cacao, y los detalles del paño de cocina de la superficie, con el colorante rojo de la Red Velvet.

2. Primeras pruebas de profundidad de campo. No me termina de gustar el f3.5 de la primera imagen. Quiero mayor definición en todos los componentes de la fotografía, aunque creo que estoy satisfecha con la iluminación. Cambio la apertura de diafragma a f6.3, pero como soy un despiste, muevo un poco la cámara y al apretar el disparador la imagen sale desenfocada… Si os fijáis, veréis que he movido el tarro del azúcar un poquito hacia la derecha, y he quitado las varillas, para “que respiren mejor los distintos elementos”.

3. Prefiero que no respiren tanto, y vuelvo a mover el bote del azúcar a la izquierda. Además, me doy cuenta de que el bote con el cacao delante del bol rojo no ofrece mucho contraste, y que el platito blanco con el colorante delante del bote de azúcar tampoco, lo que nos lleva a la siguiente imagen…

4. Cambio el cacao por el colorante ¡Mucho mejor! De esta manera aumenta el interés, y destacan más ambos elementos.  Aplasto un poco la harina, tenía pinta de ser el Teide en la foto anteior…

5. Subo la cucharita con el colorante rojo encima del plato ¡Antes no se veía nada! Y además, vierto más leche en la botella del fondo, para que el nivel no sea el mismo que el del azúcar del bote ¡Maniática que es una!

6. Coloco la cucharita hacia la izquierda, para que el colorante que hay sobre ella quede más expuesto a la luz y destaque el color. Incluyo además las varillas en la composición, una vez más, pero del otro lado. Empiezo a dudar sobre la composición de los huevos. La del bol con huevos, por supuesto…

7. Le pongo la tapa blanca a la botella de leche para que contraste más con el fondo negro y marque el límite superior de la composición. Sigo dándole vueltas a los huevos…

8. Más vueltas a los huevos…

9. Muevo de nuevo el bote de azúcar hacia la derecha ¡Se me estaba ahogando otra vez! ¿Y si coloco un reflector plateado/dorado del otro lado de la composición? ¡Uf, no! Me gustan mucho más las sombras marcando bien los volúmenes.

10. Otra vueltecita más de los huevos, y concluyo la sesión con esta última imagen… Si a partir de ahora, comenzáis a dudar de mi estabilidad mental, después de leer todo esto, os prometo, os prometo, que lo comprendo…

Y después de una manita de chapa y pintura…