A veces existen aficiones complejas, diferentes, únicas y cuanto menos peculiares. A veces esas aficiones se convierten en coleccionismos, y otras tantas en parte de nuestra decoración. En la mayoría de los casos, los elementos se hacen presentes en composiciones de pared, en baldas, vitrinas o en un lugar predilecto de la casa que les hace completamente protagonistas.
Muchas de estas colecciones, pueden ser con un aire vintage, heredadas o sencillamente elegidas de mercadillos y anticuarios.
Hoy buscando ese toque personal, nos colamos en una casa de aire vintage. Personal, con un toque retro, y donde la imperfección se mezcla y se deja destacar con estancias que pasan a lo minimalista y luminoso.
Y es que en esta casa, hay espacio y patrones por toda ella, desde los frisos repetidos en pintura, paredes y revestimientos, a repeticiones de color asimétricos pero que sin duda, hacen que el espacio interrelaccione.
A veces, lo fácil seria la renovación total, pero encontrar ese equilibrio único en el espacio, se convierte en todo un reto si no renunciamos a lo histórico y seguimos un aire vintage.
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