
Habíamos llevado globos de colores para los niños camboyanos y no estábamos seguro del efecto que causarían y si les gustarían. Hinchamos un globo y se lo dimos a uno de los niños. Decir que los pequeños en Camboya son muy tímidos y se escondían en las faldas de sus madres, pero la cara que pusieron cuando cogieron el globo es indescriptible.





