Es cierto que cada vez las ventas de las tablets disminuyen. No obstante, aun hay gente que confía en estos gadgets en vez de en phablets. Estos phablets se supone que han venido a sustituir los primeros, pero son más las ventajas las de una tablet a la hora de consumir multimedia o a la hora de trabajar. Siempre será más cómoda una pantalla de 7, 8 o 10 pulgadas que una de 5.5.
Hasta hace un año, comprar tablet significaba comprar un pan, es decir, las teníamos muy fácil para comprar. Hoy en día también lo es, sí. Lo que pasa es que viendo las especificaciones de cada tablet, nos podemos hacer un lío y comprar lo que no queríamos tener. Por eso, lo recomendable es comparar y comparar y seguir comparando hasta que estemos al 100% seguros. Para eso, existen páginas donde podemos ver no solo las especificaciones técnicas, que al fin y al cabo son solo datos, sino comentarios en los que vemos la opinión de la gente que los compra. Esto es muy bueno para orientarse uno mismo y ver la experiencia de los demás con el dispositivo que queramos comprar.
Se pueden clasificar en tamaño de pantalla, sistema operativo, precio o marca. No es lo mismo una tablet Windows que una Android. La primera se supone que está más enfocada a lo productivo que para el ocio, aparte de que son dos formas de utilizarlos distintas completamente. El precio también suele ser muy determinante a la hora de comprar tablets, es lo mismo que pasa con los smartphones; hay tablets más caras y que traen muchísimas más funciones y características. Hay que tener mucho cuidado a la hora de comprar uno de estos, ya que puede que terminen calzando una mesa o algo peor, aunque suene duro.
Desde aquí os recomendamos que visitéis webs donde os orienten mejor en cuanto a tablets.