Comunica. Emociona. Inspira…

No importa que seas emprendedora, que tengas una empresa o una simple idea. Si no comunicas, no existes . Aunque a veces es mejor estar callado y escuchar, en el mundo en el que vivimos asociamos el silencio a la nada. Así que tener mucha nada no te ayudará a vender.

Sin embargo aunque a la hora de comunicar parece que todo vale (todavía no me puedo quitar de la cabeza a "la duro de pelar" con el Vaquerizo anunciando neumáticos) una comunicación que no llega, tiene un efecto efímero. Si no emocionas no hay impacto, y por tanto no hay recuerdo por parte del que lo va a percibir, así que debemos arriesgar e impactar más con los mensajes y valores que quieras representar.

Y es que si años atrás nos encontrábamos en la era de las ideas -la tecnología convirtió la ciencia ficción en realidad, revolucionando los productos y servicios que podía ofrecer un dispositivo de bolsillo- , hoy en día nos encontramos en la era del contexto, y es que una marca ya no es un producto o un servicio en sí. Una marca es una filosofía, unos valores, y tiene un carácter concreto y una historia que contar -que normalmente tu debes poder reproducir fácilmente- y además te hace sentir de una manera determinada. ¿Y si no porque cruzas la ciudad para ir a buscar ese pinta labios, o porqué te gastas el triple en ese producto pudiéndote gastar menos? La respuesta es fácil: y es que algunas cosas han dejado de ser simplemente objetos y dotan de significado diferentes aspectos de tu vida.

¿Sabías que más del 85% de las decisiones de compra son emocionales?

Es decir creemos que nuestra decisión de compra está basada en un pensamiento racional y es la parte irracional de nuestro cerebro, quién actúa y decide en base a las percepciones y emociones.

Levanta la vista y fíjate en la gente que tienes a tu alrededor, seguramente no sientes la misma afinidad con todos. Tu cerebro acabará seleccionando aquellos que te hacen sentir bien, que te entienden, que te hacen reír o te estimulan intelectualmente -aquellos que generan un impacto positivo en ti- y no sabes porqué pero acabarás obviando al resto que no te hacen sentir como crees que mereces. Pues con las marcas pasa exactamente lo mismo. Y te acabas quedando con aquellas que no solo te identifican sino que refuerzan tu carácter y actitud y te hacen ser como quieres ser.

Pero eso no es todo, porque muchas marcas se quedan en la emoción y hay que acabar el proceso, debes ir más allá generando impacto y sobre todo acción. Y es que una marca tiene que empujarte a la acción, tiene que catalizar algo en ti: debe inspirarte. Las grandes marcas lo saben, por eso siempre incluyen retos a sus llamadas a la acción para impactar de manera positiva.

La filosofía y los valores de una empresa son las que marcan la diferencia o llegan de una manera más profunda a los clientes que todavía no conocen tu trabajo. "Comunica. Emociona. Inspira" es mi leitmotiv para crear eventos, experiencias y campañas de comunicación que toquen y que marquen a tus clientes. Para que tu marca sea inspiradora, para que evoque la emoción que siempre habías pensado, o para crear un impacto positivo y inolvidable cuando en un mercado la gente pase por delante de tu stand.

Y es que la grandeza de una marca no reside en su tamaño, si no en lo que te hace sentir cuando interactúas con ella...¿Sabes qué dice la tuya?