Humor para los jueves...
En un artículo de M. Ayarra y S. Lizarraga sobre como comunicar malas noticias, cuando se refiere al entorno: dónde, cuándo, con quién, cuánto tiempo ... especifica lo siguiente:
“Es importante buscar el espacio físico adecuado, siendo conveniente evitar pasillos y habitaciones compartidas....... , el espacio dispondrá como mínimo de tres sillas: para el paciente, un familiar y un profesional. Si estamos en el domicilio del paciente convendría un lugar más o menos tranquilo. A ser posible, informar personalmente y evitar el teléfono porque no podemos prever la respuesta emocional ni modular la información según esta respuesta.” Tomado de Arraya M y Lizarraga S. “Malas noticias y apoyo emocional .Bad news and emotional support”. Pincha aquí para artículo completoCon todo el respeto a los autores eso nosotros lo tenemos mas que superado. Me dedico a atender emergencias y , en alguna ocasión, degraciadamente, el paciente que estamos atendiendo en nuestra ambulancia puede fallecer durante el traslado ( un accidente de tráfico grave, un paciente crítico traumatizado, una parada,...), en definitiva “una muerte violenta”. En muchas ocasiones sus familiares angustiados vienen justamente detrás en un coche cuyas luces vamos viendo por el retrovisor. ¿ Que haciamos cuando esto sucedía? Seguiamos al hospital, entrabamos en urgencias con el paciente, comunicabamos a nuestros compañeros del hospital las circunstancias del suceso para no iniciar maniobras y procedíamos a informar a sus familiares en un ambiente mas o menos adecuado tal como se recomienda en este artículo y muchos otros.
Pero...queridos amigos, esto es historia de la comunicación de las malas noticias. Un procedimiento obsoleto que en nuestro servicio extremeño hemos superado. ¿ Que hacemos nosotros?En nuestro caso cuando este suceso funesto sucede en el trayecto , tenemos orden de NO IR A LA PUERTA DE URGENCIAS , sino DIRECTAMENTE A LA DE NECROPSIAS , con el objeto de “no saturar el servicio de urgencias”. Si la familia viene detrás en su vehiculo , como suele ser habitual, la “mala noticia” ya está dada. ¿ No direis que no es un prodigio de comunicación? Un ahorro indiscutible de espacio y tiempo, además de todo un tratado de humanismo y sensibilidad. La “empatia” elevada a categoría de arte. Cuando preguntamos a nuestros responsables por este procedimiento, la contestación es: “ Le ha dado el visto bueno un forense”. En ese caso , debe estar bien , supongo.