Conversar con robots no es nada apetecible. Aceptémoslo. ¿Alguna vez has llamado a un número de atención al cliente y te ha contestado un robot que te hace marcar innumerables teclas antes de ponerte al teléfono con un operario -ser humano- de la compañía a la que llamas? Tengo que reconocer que soy una persona más bien pacífica y bondadosa, pero esas dichosas maquinitas suelen sacar lo peor de mí.
La tecnología en muchas ocasiones nos es de lo más útil, pero hay veces que si nos encontramos con algo más “tradicional”, que se aparte todo lo demás.
En el mundo de la comunicación online, sea corporativa o no, los automatismos sobran en el mismo grado que el ejemplo anteriormente citado. En Internet, al igual que ocurre en la vida real, gusta y se demanda hablar de persona a persona. Por consiguiente, no tiene sentido automatizar la gestión de la comunicación online ya que es francamente menos efectiva que la gestión personalizada.
Ejemplos de prácticas a evitar
Si manejas tu presencia online en diferentes redes sociales evita interconectarlas. Los mensajes que emitas en Twitter no estarán optimizados para otras redes sociales y viceversa. Si te encuentras las siglas “RT” en el panel de noticias de Facebook y no conoces los hábitos que imperan en Twitter, el mensaje pierde toda su efectividad, además de que Facebook lo más probable es que lo filtre por carecer de relevancia. Otro robot se encarga de esto.
Ni se te ocurra automatizar tus actualizaciones de estado en las diferentes redes sociales según las nuevas publicaciones que vayan apareciendo en tu feed de RSS. Es una lata, pero es mucho más efectivo si te encargas de esta tarea personalmente. Añade texto por el que se pueda denotar que ha sido una actualización realizada de manera personal.
Evita mensajes de bienvenida automáticos en Twitter. Las redes sociales sirven para construir conversaciones. Si te presentas de una manera no personal, la primera impresión que se llevará tu nuevo seguidor es que tu idea de conversar es absolutamente diferente de la suya. Ya no es que pierdas efectividad, sino que das mala imagen.
Otra de Twitter: No utilices aplicaciones de seguimiento automático que marquen sus criterios de selección en palabras clave que puedan contener tweets ajenos. Si te encuentras en una discoteca con una chica/o muy guapa/o que te llama la atención y que te la/lo quieres ligar (¡claro! ¡qué cosas dices!), no puedes “ir al grano” -ya nos entendemos- desde el primer momento. Hay que ligarsela/o primero (en métodos ya no me meto). En la comunicación online ocurre lo mismo: Hay que monitorizar la Web y crear una relación con el usuario que normalmente conlleva su tiempo.
Obstáculos más habituales
La falta de tiempo, de interés, de personal o de presupuesto suelen ser los obstáculos más comunes a la hora de des-automatizar la gestión de comunicación online. ¡Superalos y comprueba los resultados! La clave es la conversación bidireccional. Los automatismos sobran.