Cuando escuchamos hablar de comunicación política muchas veces pensamos que es algo que no nos corresponde, una disciplina que se maneja en los primeros niveles de gobierno y que nos es ajena; sin embargo, la buena comunicación entre el municipio y sus habitantes es vital y sumamente importante.
Para el ciudadano promedio escuchar sobre variantes macro económicas, cifras alarmantes de muertos y desaparecidos o incluso medidas para la preservación del medio ambiente, no es más relevante que recibir una notificación del pago de su impuesto predial, que se ha incrementado la delincuencia en su colonia o que los servicios de recolección de basura han dejado de funcionar con regularidad.
Estrategia vs ocurrencia
Es aquí cuando una buena estrategia de comunicación cobra importancia (ojo, una estrategia no es programar contenidos, subir fotos, compartir diseños o elaborar boletines). La relación que tienen los ciudadanos con sus autoridades y representantes debe ser la prioridad, debe tornarse cercana y accesible; esto forma parte esencial de la estrategia, así como contar con un mensaje y una narrativa central.
La comunicación política en redes sociales, más allá de la interacción con los ciudadanos, sirve como barómetro de la realidad social; también para darnos un panorama de como se está desarrollando la administración municipal, si está resultando negativa, positiva o si hay áreas que requieren especial atención.
Saber usar herramientas como las redes sociales, y sobre todo contar con personas capacitadas en ellas, puede representar de manera importante la aceptación o el rechazo de un presidente municipal, de algún otro funcionario o incluso de toda la administración.
Continuar con la idea de que las nuevas tecnologías solo sirven para posicionar imagen, para difundir comunicados, o para anunciar la inauguración de una obra, limita y va en contra de la misma naturaleza de las redes sociales. A los funcionarios se les olvida que contar con una buena reputación en redes es igual de importante que en la vida cotidiana.
En muchas ocasiones ignorar la dinámica de las redes sociales puede generar crisis para los actores políticos y gobiernos; crisis que en muchas ocasiones pudieron evitarse, pero de eso hablaremos en la siguiente oportunidad.