Revista Opinión
El Aberri Eguna o Día de la Patria Vasca es una jornada político-festiva para la reivindicación del ideario nacionalista, que se conmemora cada año coincidiendo con el Domingo de Pascua. Nadie escapa del todo a esta fecha, que en esta ocasión está marcada por la celebración de las elecciones municipales y forales, el futuro que les espera a las listas de Bildu, la confrontación con el llamado constitucionalismo y en el último momento por un comunicado de ETA que, sin duda alguna, centrará este Aberri Eguna y le concederá un protagonismo que no merece. Apostar por la independencia es un derecho legítimo, que nadie puede cuestionar, pero pretender imoponerlo resulta antidemocrático y creer que ésta es la opción mayoritaria de la sociedad vasca implica, por su parte, una gran desconexión con la realidad. ETA puede hablar de la independencia, siempre que lo haga con la palabra y no con las armas, aunque esta vez esperábmos un comunicado en el que mostrara su compromiso real con el cese definitivo de la violencia, así como su voluntad de avalar el camino emprendido por la izquierda abertzale y sobre todo que respondiera a su emplazamiento para que ratifique el alto el fuego general, permanente y verificable, tras el tiroteo entre activistas de ETA y gendarmes franceses Es evidente que habrá que esperar aún más, pero no por ello vamos a perder la esperanza en consolidar un proceso de paz, normalización y convivencia en Euskadi.