La Masonería Argentina recuerda hoy el 1º de Mayo de 1886 como el día de los trabajadores, que es el comienzo de la huelga general en la Ciudad de Chicago, convocada por los trabajadores nucleados en la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo y la American Federation of Labor, donde se efectuaron diversos reclamos de orden sindical, entre ellos "la jornada limitada de labor de ocho horas diarias y 48 horas semanales", que era una vieja lucha encarada desde la oscuridad de los tiempos por la masonería.-
Los gremios medievales integrados por masones, ya tenían en sus estatutos la jornada limitada de labor de 8 horas diarias, y 48 horas semanales y el descanso semanal obligatorio. La humanidad tardó 1.000 años en universalizar esos derechos.-
La huelga general desembocó, tres días después, en la Revuelta de Haymarket.. En esa plaza se concentraron miles de personas que fueron reprimidas por policías uniformados. Centenares de trabajadores fueron detenidos, golpeados y torturados.-
Los dirigentes obreros fueron sometidos a un juicio de trámite discutido. El patriota cubano y hermano masón José Martí, corresponsal en Chicago del diario La Nación de Buenos Aires, puso en duda la imparcialidad del Tribunal que los Juzgaba y la veracidad de los testimonios.-
Cuatro trabajadores fueron condenados a muerte y otros tres fueron condenados a penas de prisión en condiciones muy duras. Las condenas fueron ejecutadas el 11 de noviembre de 1888, que se los recuerda como "Los mártires de Chicago"
El Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889, que estableció el 1° de mayo como Día Internacional de los Trabajadores. En argentina se conmemoró por primera vez el día el 1 de mayo del año 1890 en "El Prado Español", como jornada de homenaje a la dignidad humana, uno de los principios esenciales de la Masonería Universal.
Durante el siglo veinte, los trabajadores lucharon por sus derechos, logrando poner fin a situaciones de injusticia y equidad, no obstante ello, nuestro país aún no ha saldado su deuda social.-
Más del 30 % trabaja en la informalidad, en condiciones de sobreexplotación. A esto se suma el trabajo esclavo de los talleres textiles, que no solo alcanza a los sectores más pobres de nuestro país, sino también a personas provenientes de países hermanos de América Latina.
Uno de cada cinco jóvenes, pertenecientes a los sectores más bajos en la distribución de ingresos no trabaja, ni estudia, lo que los aleja de cualquier chance de acceder a trabajos registrados.
En Argentina sigue latente un escenario de exclusión en el mercado laboral. La lucha por la Justicia Social no ha concluido. En esta nueva conmemoración del Día de los Trabajadores, la Masonería Argentina se une a todos los trabajadores, a sus gremios y sindicatos, reafirmando su compromiso, golpeando nuestro mazo sobre la piedra, para construir el edificio social y así aportar desde nuestro espacio a un país que garantice el acceso al trabajo digno de sus habitantes.
En Buenos Aires, en la jornada del trabajo de 2016.
Nicolás Breglia
Gran Maestre