La utilización de signos para comunicarse con los bebés puede resultar una herramienta muy útil. Y es que, desde los seis meses aproximadamente, los pequeños ya empiezan a mover sus manos, demostrando así lo que quieren, lo que necesitan o desean, aunque la gran mayoría hasta los diez o catorce meses no suele empezar a responder a esta forma de comunicación gestual.
Pero, sin duda, este tema plantea muchas preguntas a los padres tales como si es positivo o no, si hará que su bebé hable más tarde, si no será beneficioso para su desarrollo... éstas y otras preguntas tienen explicación.
Comunicarse con signos con el bebé no es negativo
En primer lugar, el uso del lenguaje de signos puede ser una forma muy útil para evitar el estrés y la frustración que supone, tanto para el pequeño como para los padres, la falta de entendimiento cuando el niño aún no habla.
Por ejemplo, cuando el pequeño llora, los padres suelen desesperarse porque no consiguen saber qué le ocurre al pequeño, al igual que éste continúa llorando al ver que no le entienden y satisfacen sus necesidades.
Además, según los especialistas, el uso de este lenguaje, favorece el desarrollo mental del bebé. Y es que, mientras que con el hemisferio derecho procesamos la imagen y con el izquierdo, el sonido, está demostrado que los pequeños que se comunican con este lenguaje usan una mayor masa cerebral que los que no lo hacen. Así, aprenden a usar muy pronto ambos hemisferios al mismo tiempo, lo que según estudios neurocientíficos, implica el desarrollo de un mayor potencial cerebral.
No existen pruebas de retardo en el habla por usar signos para comunicarse con el bebé
Por otro lado, una de las principales dudas que se plantean los padres, en cuanto a enseñar este lenguaje a sus hijos, es el hecho de si esto provocará que se ralentice el habla. Sin embargo, ya hay estudios realizados al respecto que indican que, por el contrario, esta forma de comunicación en niños tan pequeños promueve el habla. De hecho, en algunos casos, los padres han afirmado que las primeras palabras de sus hijos son aquellas que aprendieron mediante signos. Además también han demostrado que aumenta la capacidad de concentración del pequeño, desarrolla su autoestima, promueve el vocabulario y, ante todo, como antes se dijo, evita el estrés del pequeño y por tanto, fomenta un mayor vínculo entre el niño y sus padres, ya que tienen esta forma de comunicación desde que son tan pequeños.
Sin embargo, los padres se plantearán cómo enseñar el lenguaje de signos a su bebé. Lo principal será empezar por palabras específicas para el niño y que sean básicas y sencillas. Por eso, lo ideal sería comenzar con dos o cinco palabras y ser constantes con ellas, sin confundir al pequeño. También será importante darle un papel protagonista para que sea él, con sus manitas, el que indique lo que quiere. Sus padres le enseñarán y luego él será el que vaya haciendo uso de esos gestos cuando lo necesite. De este modo, poco a poco irá aprendiendo más vocabulario, hasta que finalmente empiece a hablar. Sin duda, será muy útil usar este tipo de lenguaje mientras que el pequeño no sepa hablar.