Nos encontramos prácticamente en el ecuador de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2011, semana que Iñaki pretende dedicar de forma íntegra a promover el tema desde su blog, tal y como nos contaba en la entrada que da comienzo a la serie sólo hace un par de días y en la cual también reflejaba de alguna forma algo que posteriormente hemos tenido oportunidad de comentar en petit comité, que detrás de muchos problemas, malentendidos y sentimientos de culpa generados se encuentran muchas veces problemas de comunicación.
Y es que no es extraño que a l@s profesionales sanitari@s se nos presupongan dotes de empatía y capacidades de comunicación que nadie nos ha enseñado.
Y ¿por qué hago hincapié en la cuestión de la comunicación? Pues porque precisamente el lema de la conmemoración de este vigésimo aniversario de la Declaración de Inoccenti quiere poner precisamente de relieve que la comunicación es esa tercera dimensión que ha de complementar a las dos dimensiones de tiempo (desde antes del nacimiento hasta el destete) y lugar (el hogar, el centro de salud, el hospital, etc).
Existe cuerpo de evidencia más que suficiente para recomendar la lactancia materna y much@s profesionales lo sabemos. Ya sólo nos falta asumir el triple reto:
- continuar formándonos no sólo en los aspectos mas técnicos, sino en empatía y comunicación.
- colaborar con las madres y otros agentes de nuestro entorno para realizar una labor conjunta que promueva una cultura favorecedora de la lactancia materna (ojo, esto se hace mal si sólo se intenta desde dentro de las paredes de la consulta…).
- ser capaces de adaptarnos a un nivel de lenguaje y a las nuevas formas de comunicación que faciliten el intercambio de experiencias, información y consejos para llegar mejor a la población que decimos acompañar/ayudar/servir.