Revista Educación

Con dos pasas

Por Mora Fandos @Morafandos
La ambigüedad es deliberada: no me refiero a las tradicionales uvas pasas, no estoy abduciendo la Navidad a este final de noviembre. "Con dos pasas" es la contraseña liberatoria que los partisanos de 4º de la ESO se susurran mutuamente para soportar el paso de los días escolares e ingresar finalmente en 1º de Bachillerato, como un paquete de SEUR que será inexorablemente entregado en la puerta de destino. 

-"Como pasas de curso con dos asignaturas suspendidas, tacha del menú el par que menos te apetezca para este curso; si de todas formas vas a pasar... 
-"Tío, pues a mí me mola poco la lengua... y las matemáticas no te digo"... Zas, zas.
"Con dos pasas" es la consigna con que el movimiento de liberación anima a sus partisanos en la lucha contra el sistema. Curiosamente, el sistema a abatir es el del centro educativo particular; mientras que el gran sistema -oh paradoja-, el Gran Sistema Educativo Ministerial (me acaba de venir a la cabeza el proyecto Gran Simio, no sé por qué) es el inductor de la consigna, el pergeñador de la gran abstracción pedagógica legitimadora. 
Entonces... los docentes somos ¡los auténticos partisanos! entre dos trincheras de fuego amigo y, más que amigo, colega del buen rollo -ya se sabe que el colega del buen rollo es el que te arroya en cuanto te des la vuelta-. Esta es la toma de conciencia a que se nos empuja: con la progresiva politización de la escuela, en medio de esa mutación a democracia partitocrática, los profesores somos "el otro" inasiminable, el enemigo necesario  -como explica Carl Schmitt en Teoría del partisanopara la dialéctica del conflicto en que se quiere convertir la educación. Pero si no quieres ser asumir el avatar de enemigo previsto en esta playstation político-pedagógica, te has de convertir en partisano, en quintacolumnista del sentido común.

Pediré una bandolera y un trabuco a los Reyes Magos. Hace falta algo más que un par de pasas para afrontar esto.  

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