Cada deporte tiene sus números míticos, números que todo el mundo asocia con algún deportista, oímos el “23” y pensamos en Michael Jordan, al igual que con el “32” y “33” de Magic Jonhson y Larry Bird, o el “46” con el que rápidamente nos viene a la cabeza un mito del motociclismo como Valentino Rossi. Claro que, el mundo del balompié no podía ser la excepción.
Todos recordamos a jugadores siempre ligados a un dorsal, al que incluso veías raro si en alguna ocasión portaba otro, casos como los de Raúl, Cantona o Cristiano con su eterno 7, Maradona, Messi o Platini con el clásico 10 o Roberto Carlos y Maldini con el 3, por poner algunos ejemplos. Pero para mí, hubo uno que destacó sobre los demás, el “14”, dorsal elegido, casualidad o no, por muchos jugadores que bien sea por su calidad, entrega o simplemente por mostrar algo diferente, siempre llamaron mi atención.
Si hay un catorce mítico, aunque muchos no lo hayan podido ver, ese es Johan Cruyff, con él comenzó la magia, además en una época en la que este dorsal representaba ser suplente. Pero al flaco eso no le importo, según cuentan llegó a su espalda por casualidad, ya que siempre había llevado o el 9 o el 10, pero un día antes de comenzar un partido, un compañero no encontraba su camiseta, Cruyff le dejó la suya y saltó al terreno de juego con la primera que encontró. Ese partido, aquel día empezó a crecer la leyenda, la del que sería el número de su vida y, pese a las críticas por llevarlo o quizá gracias a ellas, no lo abandonaría a lo largo de su carrera.
Como decíamos al principio de estas líneas, él bendijo aquel dorsal, además lo hizo para varias posiciones, pues era a la vez un eficaz delantero, un fino extremo, un estiloso organizador y todo un bregador capaz de luchar por un balón en cualquier zona del campo, en definitiva, la definición hecha futbolista de lo que significaba este deporte implantado por Rinus Michels. Campeón de todo con el Ajax, líder de la famosa “Naranja mecánica” subcampeona del Mundo y leyenda y forjador del gran Barça, el tulipán que inicio esta historia, quizás fue y será el más grande en portar el 14.
Tras el mago holandés, otros grandes jugadores han portado este número, llegándolo a convertir en mitos de sus respectivos clubes. Como el “Cholo” Simeone, que dejó para siempre su sello en la ribera del Manzanares, siendo parte del histórico Atlético de Madrid del doblete, con la brega y la intensidad que aportaba en el mediocampo como marca de identidad, o Guti con su zurda inolvidable, capaz de abrir cualquier defensa con pases que nadie más veía y deleitar al público del Bernabéu con su impresionante calidad. Y claro está no podíamos olvidar a otra leyenda que todavía apura sus últimos momentos como futbolista en activo, el francés “Titi” Henry, campeón del Mundo y de Europa con su selección y miembro activo de los inolvidables “invencibles” Gunners, poseedor de una exquisita técnica y endiablada velocidad. Todos ellos diferentes pero aun así, unidos por un dorsal y un carácter ganador.
Aunque tampoco hay que remontarse en el tiempo o viajar muy lejos para encontrar ejemplos de grandes jugadores asociados a este número. En nuestra liga encontrabamos varios ejemplos de guías o anclas de sus equipos, auténticos capitanes con o sin brazaletes. En Chamartín disfrutaban hasta hace bien poco cada partido con la clase del maestro Xabi Alonso, el tolosarra es único gracias a su visión de juego e impresionantes desplazamientos en largo, capaz de transformar su equipo con su sola presencia. Al igual que Gabi en el Calderón, donde se ha convertido en el representante del Cholo dentro del campo y líder natural de los colchoneros, o el “jefecito” Mascherano, todo un ejemplo de entrega y profesionalidad en el equipo culé. Lejos de nuestras fronteras nos encontramos con otros ejemplos como el incombustible Karagounis, eterno tras el triunfo de la selección helena en la Euro’04, o el joven Matuidi, haciéndose un nombre en el poderoso PSG actual.
Pero no todos son mediocentros, también encontramos otro tipo de jugadores con la magia del ‘14’, nombres de los que siempre estas esperando algo diferente. Tipos como Susaeta, que deslumbra cada domingo a los amantes del Athletic, el croata Luka Modric, aunque ahora solo lo pueda portar con su selección o incluso Pedro León y su milimétrica precisión con la diestra. En este grupo podemos incluir a un futbolista que incluso sin llegar a debutar en Primera división, enamoró a media España gracias a su enorme calidad demostrada en el torneo copero de hace unas temporadas, hablamos como no, del que fuera capitán y alma del C. D. Mirandés durante aquella maravillosa aventura, el veterano Pablo Infante.
Seguimos escalando líneas, llegamos a los delanteros, aquí nos encontramos con los ya consagrados Fernando Llorente, que eligió llevarlo en su nueva aventura en la Juventus italiana, en la que pese a su difícil comienzo acabó por imponerse como estilete del campeón italiano, o al extremo Walcott, siempre peligroso gracias a su velocidad. También jóvenes con todo que demostrar como el mexicano “Chicharito” Hernández, que disfrutara de una nueva oportunidad ahora en las praderas de la Castellana o el extremo del Napoli, el belga Mertens.
Pero no, esto no para, jóvenes valores de nuestro fútbol comienzan a despuntar con el ‘14’ a la espalda. Casos como el clarividente Rubén Pardo, manija tanto en la Real Sociedad como en las selecciones inferiores, el dinámico centrocampista del Villareal, Manu Trigueros, o el poderoso centrocampista del Rayo, aunque propiedad del Atlético de Madrid, Saúl Ñíguez que a su vez lo porta con la selección Sub 21. El futuro del dorsal está totalmente asegurado.
Y queda otro, este es diferente, quizás inmortal y que a buen seguro nadie olvidará, el “príncipe de cristal”, el genial Julian Ross que fuera rival de Oliver Atom en la serie Campeones, aunque no es un jugador real, fue fundamental en el inicio de mi pasión por este dorsal con su mítica camiseta del Mambo FC. Pasión compartida por muchos, incluso por el bicampeón del mundo Fernando Alonso, que este año lo portará en su Ferrari en post de recuperar su corona como campeón de la F1.
Como ven, el número como antes les decíamos quedó totalmente bendecido desde aquel momento en el que el azar lo puso en la espalda de la leyenda holandesa. Ya sea para medios de carácter, geniales centrocampistas, letales delanteros o simplemente para campeones de dibujos animados. En definitiva, todo lo que en su día fue Johan Cruyff. Ya lo saben, en el próximo partido estén atentos al que porte este dorsal, seguro que merecerá la pena. Como dice Axel Torres: “Los buenos llevan el catorce”
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