Revista Cultura y Ocio

Con el corazón en la mano, de Chris Cleave

Publicado el 03 junio 2011 por Goizeder Lamariano Martín

Con el corazón en la mano, de Chris Cleave

Título: Con el corazón en la mano

Autor: Chris Cleave

Editorial: Maeva

Año de publicación: 2010

Páginas: 295

ISBN: 9788415120018

Lady Boheme, de Leo, luego existo, ha organizado una lectura conjunta de Con el corazón en la mano y en cuanto me enteré me apunté. Esta es la segunda lectura conjunta en la que participo, después de la que organizó el verano pasado la propia Lady Boheme de La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger. Y las dos experiencias han sido inmejorables.

Cuando me apunté a esta lectura conjunta no sabía prácticamente nada de esta novela y eso es lo que más me animó. Cada vez me gusta más acercarme a un libro sin conocer nada sobre el argumento, sin haber leído reseñas y sin tener ninguna expectativa sobre él. Y, al menos en este caso, el resultado ha sido muy positivo.
Con el corazón en la mano nos cuenta la historia de Little Bee, una niña nigeriana de 16 años que ha llegado desde su país a Inglaterra, donde ha pasado dos años retenida en un centro para inmigrantes y de Sarah Summers, una periodista desenfadada, soñadora, idealista y luchadora que trabaja en su propia revista, una publicación sobre moda y sexo.

Ambas se reencuentran dos años después de haberse conocido en una playa de Nigeria, donde Sarah y Andrew, su marido, se ven obligados a tomar una horrible decisión que cambiará sus vidas y las de Little Bee y su hermana Nkiruka para siempre.

Este suceso trágico, terrible y dramático marcará su pasado y, sobre todo, su presente y su futuro. Para los tres será como un fantasma, un recuerdo imborrable que nunca les deja en paz, que siempre, estén donde estén, dormidos o despiertos, les persigue, les atormenta y les impide avanzar, ser ellos mismos y, ante todo, vivir.

Cuando estas dos supervivientes vuelven a verse las dos han cambiado. Little Bee está lejos de sus padres y de su hermana, de su aldea, de su país, de sus amigas y de su mundo. Inglaterra es un lugar desconocido en el que no puede ser ella misma. Se encuentra dividida, en tierra de nadie, no puede volver a su país, destrozado por la guerra y por la codicia sin escrúpulos de las empresas pretoleras, pero tampoco le aceptan en Inglaterra. Ya no pertenece a ningún mundo. Además, ya no es una niña, pero tampoco una adulta. Quiere madurar, ayudar, ser útil, pero tampoco quiere abandonar los juegos, las canciones, los recuerdos y el columpio de su infancia. Quiere ser feliz pero el dolor se lo impide.

Por su parte Sarah también se siente dividida: entre dos hombres, entre su trabajo y su vida personal, entre su idealismo y la realidad, entre sus deseos de ser libre y su hijo Charlie, un niño de cuatro años que jamás se quita su disfraz de Batman, con el que lucha contra todos los malos que amenazan la paz en el mundo.

Pero lograr la paz y luchar contra los malos no es tan fácil como parece y eso es algo que Little Bee, Sarah y el propio Charlie comprobarán por ellos mismos. La historia está narrada desde los dos puntos de vista, el de Sarah y el de Little Bee, ya que cada capítulo está contado por una de ellas y así sus formas de ver el mundo se van alternando.

De esta forma queda patente lo diferentes que son estas dos mujeres: desde su color de piel hasta su lenguaje, pasando por sus tradiciones, sus orígenes, su forma de vivir el presente y, ante todo, su forma de enfrentarse al futuro. Sus sueños, sus deseos son distintos, como también lo es su idea de la felicidad, pero en cambio sus miedos son iguales y provienen del mismo lugar, aquella playa de Nigeria en la que cambiaron sus vidas.

A pesar de todo, Sarah y Little Bee se convertirán en dos grandes amigas que unirán sus esfuerzos con el mismo objetivo: olvidar el pasado y empezar una nueva vida en la que intentarán ser felices juntas, aunque no será tan fácil como habían previsto.

La historia me ha resultado dura, cruel, injusta pero, al mismo tiempo, optimista, esperanzadora y divertida. Me han encantado el idealismo de Sarah, la ingenuidad de Charlie y la fortaleza de Little Bee. Los tres personajes transmiten dulzura, pasión por vivir, son entrañables y, sobre todo, inolvidables. Se les coge muchísimo cariño, se llora y se ríe, se sufre y se sueña con ellos.

Es una historia intensa que se lee sin darte cuenta y con un final sorprendente, inesperado e impactante que, al igual que el resto del libro, te hace reflexionar y pensar, incluso días después de haber terminado de leerlo, sobre lo valientes que tenemos que ser para atrevernos a tomar decisiones con el corazón en la mano.


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