Con el kiosco a otra parte

Uno de los temas de la comidilla local era el ignorado destino del kiosco instalado en la Plaza de la Tartana, una vez constatada su aparente inutilidad y su nulo encaje en dicha plaza. Pues bien, ayer se publicaba en la página 46 del B.O.P. un anuncio del Ayuntamiento de Ibi sobre el concurso público para la concesión demanial durante 5 años del kiosco sito en el Parque Giravela dedicado a la venta de chucherías y productos envasados.

En principio, según el anuncio publicado, el adjudicatario sólo tiene que pagar un canon de 10.000 €, que es el coste de los gastos de traslado del kiosco. Es decir, ahora hay que desmontar el kiosco y llevarlo al Parque de Giravella (no pasa nada, paga el Plan E).
Sin embargo, como es lógico, los pliegos de condiciones no se publican en el B.O.P. sino que hay que ir a buscarlos, en este caso a la página web de la Generalitat (www.gva.es). Quizás alguien quiera intentar encontrar estos pliegos en la dirección indicada, aunque le aseguro que no será tarea fácil. Al remate, conseguí encontrarlos y descargarlos, por lo que os brindo la posibilidad de consultarlos desde los siguientes enlaces (Pliego de cláusulas administrativas, Pliego Técnico y Pliego Técnico Definitivo).
Es al leer la letra pequeña cuando encontramos algunas curiosidades, como por ejemplo, que el adjudicatario, además de pagar el canon (10.000 € por 5 años sale a 166,66 € al mes), la luz, el agua, el alcantarillado, las licencias, etc., se tiene que hacer cargo del control del uso de pistas en coordinación con el personal municipal encargado del control de pistas deportivas del Parque Giravela para suplir las funciones de éstos en su ausencia.
Los interesados deben saber que el plazo para la presentación de ofertas al Ayuntamiento es de 15 días naturales a contar desde ayer, es decir, según mis cuentas hasta el 29 de julio. También es interesante saber que entre los criterios de selección está la situación de desempleo, es decir, que se puntua a favor de un aspirante que esté en paro.
Francamente, puede ser una gran oportunidad. El kiosco no es muy grande, pero con un poco de imaginación se puede habilitar un altillo que sirva de almacén, al que se puede acceder por una cómoda escalera de caracol, bajo la cual se pueden colocar unos estupendos aseos de diseño.
Con un poco de disimulo se puede construir un sótano a modo de bodega. En la planta baja, bien distribuidos, puede haber frigoríficos, freidoras, planchas, grifo de cerveza y despensa. Bajo el mostrador caben abundantes cajas de refrescos. En fín, la imaginación al poder y ¡suerte!.