Revista Deportes
Es difícil, a día de hoy, toparse con personas que tengan un criterio firme en la vida y no se dejen intimidar por la corriente bien avenida, el dinero, el poder o el viento que mueva su veleta. Como telón de fondo la coherencia, me refiero a algunos asuntos de distinta índole pero que en todos ellos el denominador común es todo lo que puede llegar a rodear este término. Y es que en este país parece ser que todo el mundo se apunta al ventajismo, se aferra a su sillón y la palabra dimitir parece que incluso la tendrán que sacar del diccionario de la Real Academia de la Lengua por no ser proceder cotidiano. Al hilo de las coherentes y lógicas dimisiones o renuncias de nuestro seleccionador de basket, Orenga así como de nuestro capitán de Copa Davis, Moyá por no cumplir flagrantemente sus objetivos (el término flagrantemente implica semejanza con lejanía). En ambos casos hemos caído con estrépito y fuera de toda pelea hasta altas cotas de sendos campeonatos (en tenis hemos descendido de categoría y en basket, disputándose en España el Mundial y con el mejor equipo posible, hemos sucumbido dando una mala imagen). Pues bien, parece ser que en el fútbol se está exento de este reconocimiento y todo nos parece perfecto (estoy convencido que en todos los órdenes de la vida existen personas con bula social que les ampara). En una cita como un Mundial, la más importante de todas, no pasamos de la primera fase además con circunstancias anexas como la presencia de algún jugador lesionado y alguno que otro que ha acudido para engordar su curriculum y aquí no pasa nada. El seleccinador no da ni una sola explicación, ni siquiera habiendo pasado un tiempo y la Federación le confirma para la siguiente cita del Europeo. Recuerdo que después del Mundial otros seleccionadores presentaron su dimisión o fueron destituidos por no cumplir sus objetivos, y no pocos: Prandelli (Italia), Scolari (Brasil), Luis F. Suárez (Honduras), Zaccheroni (Japón), Queiroz (Irán), Lamouchi (C. Marfil) y Jorge L. Pinto (Costa Rica). ¿Coherencia?. Para colmo si hablamos de mezclar asuntos políticos con el deporte ahora están de moda entre otros los Murray, Marc Gasol, Xavi Hernández, Piqué o Pep Guardiola, todos ellos muy identificados, loablemente, con el soberanismo de sus regiones pero que se sirven o se han servido de sus selecciones nacionales para crecer como deportistas, obtener prestigio, ser reconocidos y GANAR DINERO de la caja de todos. ¿Coherencia? Aunque a mi no me parezca muy lógico, entiendo y es de respetar a los deportistas que mezclan y airean sus ideas políticas con el deporte; lo que está claro es que deben elegir y no "engañarnos" con su doble moral o interés.
Con todo, creo que la coherencia se cotiza hoy día a la baja, viste más ser vividor. El asunto es ser coherentes, cosa cada vez más difícil, más tratándose de que somos elementos de una sociedad cada vez más interesada y manejada por entes de poder con afán de "idiotizar" a grandes masas de la población mientras se sirven de ellas. En mi caso, no dejaré que así sea, por ello es por lo que alzo la voz en forma de denuncia de estos casos mencionados.