Y es que vivir en una Donosti preparada para la gente guapa de dinero, rebosante de dinero al menos durante unos días, no cuenta con el pequeño detalle de que los donostiarras, y aquí incluyo a todos los que desde hace muchos años viven en San Sebastián, tienen que vivir todo el año, ("the whole year", ya que aquí siempre se hace pensando todo desde un punto de vista internacional) o sobrevivir en una ciudad que tiene de lo bueno lo mejor, pero que él, precisamente, se conforma con comer y vivir normalito. Y pagar, esa es la madre del cordero, sin tener en cuenta que tenemos la bahía y la isla, que dicho sea de paso, ningún partido político ni las trajo, ni las creo.
Dicho de otra manera para los que no quieren ver, si uno está corto de dinero, se puede vivir más barato en otros lugares, aunque no te pases el día aplaudiendo por lo bonito que es el marco incomparable, porque allí no se llame así, pero que tampoco le hacen ascos sus paisajes.
Y es que este vecino del mundo, y otros con los que él ha hablado en múltiples ocasiones, está un poco cansado, y exhausto de bolsillo, de que todo o casi todo en su ciudad, ya está diseñado para el turista, y a ti solo te queda el papel de relleno o de comparsa en la película que los cabezas pensantes, o gerifaltes, han diseñado para los que puedan venir, mochileros por favor abstenerse, más que para los que viven aquí.
La crisis no perdona, y también nos ha atacado a muchos donostiarras, que tienen que dimitir de serlo al menos unos meses al año, para que su bolsillo pueda respirar. ¿Morriña? Mucha. Pero como hubiera dicho la madre que me parió: Con eso no se come.*ÓLEO:"PEINE DEL VIENTO-2", de PATXIPE