La rúbrica de memorandos de entendimiento en materia de comercio, energías renovables, turismo, tecnología y cooperación en el contexto de la iniciativa de la Franja y la nueva Ruta de la Seda se desarrolló al término de las conversaciones oficiales entre ambos gobernantes.
Esta nueva ruta es un megaproyecto chino de integración comercial con corredores terrestres y trayectos marítimos comerciales entre Asia, Europa Oriental, África y América Latina y Caribe.
La idea es que, por esta vía, China diversifica rutas y socios comerciales y reduce su dependencia de la salida por el Pacífico, donde la presencia de aliados de Estados Unidos es muy grande.
Un convenio es para incrementar la capacidad productiva en proyectos priorizados de colaboración y otro concede un crédito chino para adquirir equipos de construcción para los sectores de energías renovables y el turismo.
Un tercero suministrará maquinarias para incrementar la producción de cultivos varios en la oriental provincia de Guantánamo y otro para proyectos de fábricas de conservas de frutas y vegetales.
A punto de cumplir 60 años de relaciones, China es el segundo socio comercial de , con un intercambio comercial bilateral en 2017 de 1.760 millones de dólares, de ellos 1.360 millones exportados a La Habana y 400 de importaciones cubanas, como tabaco, ron, y medicinas.
En la mañana, la delegación cubana depositó ofrendas ante los monumentos de Mao Tse-tung, fundador de este país como República en 1949, y de los Héroes del Pueblo en la plaza Tiananmen.
Con posterioridad, Díaz-Canel y su comitiva fueron recibidos en el Gran Palacio del Pueblo por altos funcionarios chinos. En los intercambios, el gobernante cubano ratificó que es una visita de "continuidad y consolidación".
En la noche, la delegación cubana emprende viaje a Vietnam, la penúltima nación de su gira internacional que, tras una escala en París, comenzó en Rusia, Corea del Norte, China y concluirá en Laos el día 12.
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