Hablar de protectoras de perros es hablar de personas con un
gran corazón; sacrificadas, ilusionadas, luchadoras, constantes, ingeniosas,
con un fin claro, generosas, y que saben enfrentarse y resolver situaciones
complicadas y a veces desagradables.
Todo eso es así, claro como el agua.
Todo lo anterior es
fantástico y emocionante. Chapeau. Sirvan esas líneas de homenaje.
¿Y en qué pueden mejorar? …..pues…..vaya aquí alguna idea:
Llamo la atención sobre una cosa: la gestión educativa-emocional
de los perros.
Aunque la idea de cualquier protectora es muy interesante;
rescatar perros, mejorar su calidad de vida y facilitar su adopción, el hecho
es que muchas veces el resultado final es poco acorde con dicha idea.
Los perros se
amontonan. No hay casi espacio. Pasan gran parte del día atados a árboles y
postes porque ya no caben en las jaulas. Y los que caben en las jaulas, muchas veces se encuentran como en el
camarote de los hermanos Marx. Por no decir que pasan gran parte del día entre
sus propios excrementos. Y que gozan, en el mejor de los casos, de un exiguo
recreo de 15 minutos, para luego volver a su confinamiento.
Esto no pretende ser una crítica. Esas situaciones se dan
por el exceso de abandonos de perros que se dan en nuestro país, por lo lento
que resulta muchas veces encontrar adoptantes, por la falta de dinero que
permita mejorar las instalaciones, por la vorágine de la vida, por no existir magia…
Simplemente es la situación que se produce en ocasiones, y
no en todas las protectoras desde luego.
Pero es claro que no es lo ideal. Se produce en ocasiones,
sin quererlo, una pobre atención al carácter del perro y su educación: se le
pone nombre, sí, se le quiere, por supuesto que sí, se le vacuna y se le da de
comer, sí, se le hacen carantoñas de vez en cuando, sí, pero falta un programa
claro y consistente de educación, socialización, paseos, tratamiento de
defectos de carácter, acostumbramiento a la vida urbana…
Las protectoras tendrían que fomentar que pueda haber
profesionales caninos y voluntarios que saquen a pasear a los perros, que les
socialicen, que les acostumbren a nuevos ambientes y personas, que les
ejerciten, que les eduquen y les enseñen obediencia básica, que les trabajen
sus miedos y fobias…
En ocasiones la gente llama a las protectoras, para ayudar,
y la respuesta es un sí si es para lo que necesitan de inmediato (dinero, ayuda
en transportes y limpieza de jaulas), y un no si es para sacar a pasear a los
perros, socializarles, educarles…
Está claro que no todo el que se presenta en una protectora
puede hacer todas esas cosas, pero ¿qué inconveniente hay en que un adiestrador
canino colabore en esas facetas?, ¿qué inconveniente hay en que una chica que
tiene perro, se ofrezca a pasear a alguno de la protectora los domingos?....esos
noes no son por maldad, lo sabemos todos, pero con cabeza y control se podría
mejorar y mucho la calidad de vida de esos perros enjaulados, y además prepararles
mejor para su más rápida y pronta adopción mediante una socialización, educación y estabilización
emocional y práctica en la mejora de los problemas que fueron causa de su
abandono.