Revista Diario

Con la alergia hemos topado

Por Belen
Soy alérgica a las gramineas, polen y todo lo que huela a primavera desde mi más tierna infancia. Recuerdo tardes de primavera en el campo con 6 o 7 años con los ojos enrojecidos e hinchados y soltando estornudos a troche y moche. Hasta que mis padres extrañados (esto de la alergia antes no se llevaba tanto) decidieron dejarme más en casa y llevarme al médico a ver qué pasaba. Empezamos con las pruebas en los brazos, esos pinchacitos que luego se ponen como si te hubiera picado una araña gigante de los ronchones que aparecen. El diagnóstico era claro, la niña tiene alergia, a vacunarse tocan. Desde bien peque tocó ir al ambulatorio a acribillarme los brazos. Y servir, lo que se dice servir, no sé si sirvió de mucho.
Con la alergia hemos topadoDe todos modos soy lo que llaman una alérgica asintomática. Los resultados de mis pruebas siempre han dado unos niveles por las nubes, y entonces me mandan miles de medicamentos, antihistamínicos y los alergólogos se asustan. Yo no me lo tomo tan a la tremenda. Pero a los médicos les gusta recetar, esa es la verdad. Durante muchos años he pasado mi "época crítica" con el ventolín a mano, el pulmicort en casa y muchos pañuelos, sin más. Esta época crítica, es curioso, pero va del 15 de mayo al 15 de junio, día arriba día abajo.
Con el tiempo y la edad llegaron el asma, los ahogos y el no poder tomar antihistamínicos. Si me los tomo es como si me tomara 3 valiums de un golpe, siento volar. Mi cuerpo no los tolera muy bien, así que la época salvaje hay que pasarla "a pelo".
Y ya con más edad y un embarazo a mis espaldas mi cuerpo ha reaccionado y el asma ha empeorado (esto de las hormonas parece que casa mal con el asma). Hemos pasado a tomar pastillas, inhalador permanente con chute de corticoides y el ventolín en el bolso por si las moscas.
A todo se hace una esa es la verdad, y bien es cierto que respiro y me siento fenomenal, llevaba un tiempo con una fatiga que parecía una abuelita.
Y de repente, y tras pasar un invierno de aupa con aguas, nieves y demás, nos cuentan que la primavera va a ser de escándalo. ¡¡Ataros los machos alérgicos!! nos dicen los meteorólogos, que el polen viene con paso firme y todo su ejército. Yo siempre me río un poco de tanta amenaza, porque suelen ser exageradillos. Pero este año han acertado. Ayer 23 de abril día del libro, y mi primer ataque de alergia a lo grande. Llevaba unos días regularcilla y ayer, tras el paseo por el parque con la bici y el peque, estalló. Mocos a tutiplén, estornudos, ojos picosos, garganta como una lija, no podía respirar. Así que esta vez sí, esta vez tenían razón.
Alérgicos, cuidaos muy mucho que mayo nos va a dejar pa' el arrastre.

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