Escribo estas líneas antes del partido Real Madrid-Barça pero su resultado no será determinante, salvo que ganen los blancos, para lo que llevan todas las papeletas.
El Real llega al tramo final de la Liga con más carburante y mejores ruedas que su rival. Y también, como hace tiempo no pasaba, con un juego definido. Los barcelonistas siguen con el suyo de siempre pero han perdido demasiado tiempo en hacerle un sitio a Neymar,desperdiciando por ello la mejor aportación de su verdadera estrella, aparte de Messi: Iniesta. Ya dijimos que jugar por la banda izquierda con Alba o Adriano, el brasileño y el manchego era apostar por el atasco. Y de eso parece que se dio cuenta su técnico argentino y ya en la última aparición del capricho de Rosell lo hizo por la derecha.
Si el Barça continúa con tal sensatez puede plantarle cara a los blancos en el Bernabéu, e intentar la victoria para que la competición doméstica llegue con incertidumbre hasta el final. Contra el Osasuna se vio algo de lo que digo, con Neymar en el banquillo. Ahora bien, si vuelven a las andadas se pueden llevar algo más que el disgusto de decir adiós a sus posibilidades.
El Madrid es una fábrica de goles basada en una defensa excelente, una media rocosa y jugona y un ataque demoledor. Como hacía años no tenía. Y con una condición que han elevado a la categoría de arte: la velocidad. Justo la que le falta a los barcelonistas; ahí puede estar la clave no solo de la Liga sino de la Copa de Europa; en donde ambos tienen puestas muchas esperanzas esta temporada.
Y con esa meta en el horizonte inmediato se enfrentan en España. Para mí que los de Ancelotti tienen el título nacional en el bolsillo y mayores posibilidades también fuera. Salvo el Bayern de Guardiola, no veo ahora a ningún equipo a su altura. Y, además, han tenido la suerte de cara en el sorteo enfrentándose al club menos poderoso de los que quedaban. Por lo tanto, tendrán también menos desgaste. Lástima de la lesión de Jesé, que estaba llamado a tener un protagonismo relevante en estos meses, también con otro objetivo en su horizonte: el mundial de Brasil.
A ver si con esa desgracia le llegan más oportunidades a Isco y a Morata, dos auténticas joyas en su vitrina. El malagueño puede ser un jugador de época a poco que le den, y se dé el mismo, las oportunidades necesarias, porque debe apretarse más los machos para ser titular en un equipo en el que las partituras están fijas en manos de sus mejores solistas. Y el delantero canterano explotará, sin ninguna duda, en el equipo que le asigne ese número fantástico que es el nueve. Cuando juega ahora, dadas sus escasas apariciones, lo hace con demasiada precipitación, sin el sosiego y la calma que tan necesarias son para adquirir seguridad en el juego. Si le llegaran podría ser otro futbolista legendario
En el Barça, por el contrario, carecen ahora de canteranos en su plantilla que amenacen a sus titulares, y eso se nota. Con el mal negocio que hicieron con Thiago, de lo que los bávaros del Bayern se están aprovechando bien; su hermano Rafinha en el Celta, para gozo de los celestes; y Delofeu en Inglaterra, solo los fugaces destellos de los jóvenes a los que Guardiola dio oportunidades: Pedro, Busquets, Piqué y Tello, ya consagrados los tres primeros, hablan de su apuesta por la cantera. Y el canario, desgraciadamente, no juega lo que debería precisamente porque hay que hacerle hueco a quien ha costado, que se sepa, más de cien millones de euros.
En fin, que pase lo que pase esta noche –escribo esto por la mañana- el Madrid continuará con todas sus opciones a todo y con un equipo muy engrasado y de toda fiabilidad, y el Barcelona, depende de cómo salga del Paseo de la Castellana, podrá continuar en la lucha doméstica o centrarse en Europa, donde, para colmo, le ha tocado un hueso con el Atleti de Simeone que se lo pondrá de todo menos fácil. Son unos gladiadores que no dan un balón por perdido y que también tienen sus opciones en todo; claramente menos en Europa. A los colchoneros les vendría muy bien un empate entre sus rivales, o una victoria azulgrana, para seguir con posibilidades.
Suerte para los mejores. Y goles.